CGT denuncia la ilegalidad de las altas temperaturas en centros educativos públicos e insta a la Administración a tomar medidas

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CGT denuncia la ilegalidad de las altas temperaturas en centros educativos públicos e insta a la Administración a tomar medidas

Como vienen denunciando en CGT desde hace trece años, las altas temperaturas de los centros educativos andaluces son, no solo insoportables para los que allí trabajan y estudian, sino además, ilegales. En el Real Decreto 486/1997 se puede leer claramente que la temperatura de los locales cerrados donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27 ºC.

La características geográficas de nuestra comunidad y el calentamiento global provocan que, desde hace años, vivamos un verano que comienza antes de junio y se extiende hasta bien entrado el otoño (en lo que llevamos de curso se han rebasado los 27 ºC en las ocho provincias prácticamente a diario). Este hecho, junto a la falta de voluntad política para aprobar una Ley de Bioclimatización y de inversión económica en educación pública, condena curso tras curso a todas las personas que estudian y trabajan en centros educativos públicos a soportar temperaturas infernales que, en el mejor de los casos, disminuyen la concentración y el rendimiento y, en el peor, provocan hemorragias nasales, lipotimias, deshidratación y golpes de calor.

Ante la dejadez de la Administración y como protesta por la situación de emergencia climática que vivimos en Andalucía, CGT convocó una huelga climática el pasado 27 de septiembre. Esta huelga fue boicoteada desde la propia Consejería de Educación que, a pesar de tener constancia del registro de la huelga desde principios de septiembre, no informó al servicio de inspección, directivas y trabajadores, cercenando su legítimo derecho a la huelga y llegando a amenazar con apertura de expedientes por ausencias injustificadas. Se revela así la nula preocupación de la Junta de Andalucía por el cambio climático y por las condiciones de trabajo de su personal, así como el desprecio por la salud y el rendimiento escolar del alumnado.

Para CGT, avalado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la solución pasa por transformar los centros para hacer frente a las olas de calor cada vez más frecuentes mediante sistemas sostenibles como la ventilación cruzada o natural inducida, el empleo de materiales aislantes o la incorporación de vegetación que aumenten el confort térmico.