Bajo este lema, en la Federación Andaluza de Sindicatos de Enseñanza de CGT (FASE-CGT), llevamos décadas de lucha incesante en defensa de las trabajadoras y trabajadores de la enseñanza.
Desde CGT Enseñanza, queremos dejar clara nuestra posición al respecto. Apostamos por un proceso real de estabilización del personal interino, en el que se prime el tiempo de servicio como elemento principal y, a su vez, por el acceso libre para quienes aspiran a formar parte de nuestro colectivo, es decir, apostamos por la doble vía de acceso.
Y lo hemos hecho de todas las formas posibles:
- Por la vía jurídica y administrativa, presentando un contencioso administrativo ante la Audiencia Nacional por el Decreto 270/2022 por discriminatorio, o ayudando a reclamar al profesorado interino en fraude de ley.
- Por la vía política, a través de todo tipo de movilizaciones: huelgas como la indefinida de 2018, o la del 25 de mayo del 2022, por citar dos de las muchas desde hace más de tres décadas; acampadas, (recordamos la del Parlamento Andaluz por los 4.502); marchas; manifestaciones; ocupaciones; concentraciones…, y en ellas hemos compartido viaje con diferentes organizaciones sindicales y colectivos de profesorado interino que, tal como han aparecido, se han disuelto en el tiempo (SADI, IDA).
En definitiva, todas las vías a nuestro alcance son usadas y desarrolladas en defensa del profesorado interino y del resto del profesorado.
Pero también, como sindicato de clase, entendemos que no podemos atender sólo posiciones particulares y cortoplacistas, como tampoco mirar hacia otro lado.
Desde una visión global del problema, vemos cómo la defensa del empleo público va unida a la de una escuela pública de calidad, y pasa por luchar contra la eliminación de unidades públicas y la concertación de plazas en la privada (contra la privatización), por la bajada de la ratio y por la reducción de la jornada lectiva para el personal docente y laboral para el personal no docente, entre otras cuestiones. La consecución de todas estas medidas se transformaría de manera clara en la creación de miles de puestos de trabajo en Andalucía, así como en la mejora de las condiciones laborales de los mismos.
Para terminar, debemos aclarar que, para defender la estabilidad del colectivo docente interino, no es necesario azuzar con miedos y generar situaciones de confrontación con nuestras compañeras de otros territorios. Levantar la falsa bandera del “efecto llamada” -que nunca ha ocurrido- nos parece, además de desafortunado, un acto de irresponsabilidad.
Por todo esto, exigimos a la Consejería de Educación un plan de estabilidad para el profesorado que ha demostrado con creces su valía en sus puestos de trabajo, a los que ha accedido según criterios de igualdad, mérito y capacidad. Por justicia, hay que garantizar que “quienes están se quedan”.
Se debe establecer ya una doble vía a la función pública, en la que se destine un porcentaje de plazas para promoción interna (consolidación real), que permita a funcionarios interinos convertirse en funcionarios de carrera, y otro porcentaje para que las aspirantes a interinidad puedan tener posibilidades de conseguir una plaza, como se hace en otras administraciones.
Por todo esto, desde FASE-CGT, estamos dispuestas a sentarnos con todas las organizaciones sindicales y plataformas que compartan nuestras demandas para aunar esfuerzos y acumular el músculo suficiente que nos permita avanzar en derechos, mejorar nuestras condiciones laborales y conseguir la estabilidad de las trabajadoras y trabajadores, no de las plazas.