Que la Formación Profesional es un filón económico donde han puesto su atención las empresas lo sabemos. Señales de todo tipo hemos visto: el desmantelamiento del IEDA, la expansión sin límites del MEDAC, la extensión del sistema dual, la escasísima oferta de plazas públicas —a pesar de ser muy demandadas— la privatización de estas enseñanzas, los intereses de la Fundación Bertelsmann y los fondos buitre… La reforma del Ministerio de Educación y Formación Profesional es su constatación.
Lo que nos faltaba por ver era que Andalucía autorizase por primera vez a una universidad pública a impartir estudios de FP. Pues ya está hecho. Otra estaca en el corazón de la FP pública.
El nicho de la Formación Profesional
A menudo se suele usar esta expresión. En este caso, desgraciadamente, con razón, sea la acepción que sea, puesto que la FP pública está siendo sepultada en una agonía progresiva que llenará los bolsillos de unos cuantos.
En CGT seguimos defendiendo una FP 100 % pública. La educación es un derecho, no un negocio.