El Presidente de la Junta de Andalucía tiene COVID. Que sea leve. Está confinado. Correcto. Si una persona que se vaya a examinar en las oposiciones se contagia o tiene contacto con alguien que ha contraído el coronavirus, ¿qué pasa? ¿Tira por el sumidero el trabajo, el tiempo y el sacrificio de años? No parece recomendable. ¿Oculta su estado? ¿Se le va a dar otra opción o se verá abocada a asistir como sea a la presentación del 19 y/o a la prueba del 20? ¿Hay rastreadores para hacer ese tipo de seguimientos?
¿Y qué ocurre con quien, encontrándose bien, tenga algún tipo de reacción adversa tras vacunarse? ¿Y con quienes no se hayan vacunado? ¿Se va a tener un control sobre el estado de salud de las personas procedentes de otras comunidades? ¿Existe esa coordinación? ¿En serio? Permítannos que lo dudemos mientras persiste la descoordinación entre la Consejería de Educación y la de Salud. ¿De verdad no se van a arbitrar medidas especiales para la variedad de casos que irán apareciendo? ¿Alguien lleva el timón de ese barco llamado Consejería de Educación? Javier Imbroda, como el capitán del Costa Concordia, deja a la deriva a la tripulación y al pasaje. Su grado de negligencia no conoce límites.
Entretanto, Moreno Bonilla declara que da miedo padecer el COVID. Dice que no ha tenido síntomas graves (nos alegramos) y que produce dolor de cabeza y muscular además de cansancio. No se olvida de pedir mucha cautela. Perfecto. ¿Y qué les dice a quienes viven y/o trabajan en Lora del Río y la Campana en Sevilla o Castro del Río en Córdoba? Se trata de municipios confinados desde hace tiempo. No son los únicos. Cambian todas las semanas aunque algunos se mantienen en ese lote de localidades golpeadas con índices de más de 1000 casos por 100.000 habitantes. ¿Cómo puede estar tranquila una persona que viva y/o trabaje en uno de estos lugares y tenga que examinarse de las oposiciones? Ah, y tendrá que volver a trabajar varios días a su centro después de la presentación y la primera prueba. Eso por no hablar de que aún no están publicados los tribunales y las sedes y es posible que muchas personas no encuentren sitio donde hospedarse la víspera de las pruebas. Menos consideración, imposible.
Serán más de 50.000 personas moviéndose por toda Andalucía. Milagro sería que no hubiese ningún contagio. La Junta puede negarlo y decir misa si quiere. Lo mismo hizo el verano pasado, asegurando que el inefable Programa de Refuerzo Estival era 100% seguro, y saltaron varios casos de contagios a los medios, por más que se intentase correr un tupido velo sobre ellos. Si en centros donde asistía una docena o dos de personas hubo casos, ¿no va a haberlos este año en sedes con 100?
Señor consejero, cualquier daño se le podrá achacar a usted por su sublime irresponsabilidad.