Nos llamaron locos por denunciar ante la inspección de trabajo la presencia de amianto en los centros escolares por ser un elemento cancerígeno… Hoy tenemos una ley que obliga a su total retirada y eliminación antes de finalizar 2022.
Nos llamaron locos por denunciar las temperaturas extremas que sufrimos en las aulas…Hoy tenemos una ley de bioclimatización y mucho trabajo por delante para exigir su cumplimiento.
Nos llamaron locos y estafadores por exigir la funcionarización de todo el profesorado interino a través de un concurso de méritos que estabilizara a las personas. Iniciamos huelgas y movilizaciones, corrieron ríos de tinta en nuestra contra y los sindicatos autoproclamados «representativos» firmaron el Icetazo: un acuerdo para estabilizar las plazas y no a las personas. Hoy tenemos una ley que regula un concurso de méritos y un proceso de oposición extraordinario. Insuficiente a todas luces, sí, pero seguimos luchando por conseguir nuestro objetivo fundamental: ¡Quienes están se quedan!
Nos llamaron locos por exigir la equiparación de derechos del personal interino y funcionariado en prácticas con el de carrera: «A igual trabajo, iguales derechos». Hoy tenemos nuevas leyes que equiparan estos derechos en cuestión de permisos y reconocimiento de tiempo de servicio a todos los efectos. Además, el funcionariado provisional puede solicitar comisiones de servicio gracias a la estimación parcial de una denuncia de CGT que exigía que este derecho se ampliara a todo el cuerpo docente independientemente de su situación administrativa.
Nos llamaron locos por exigir que las familias monomarentales y monoparentales pudieran acumular el permiso propio y el que correspondería a su pareja. Hoy tenemos ya varias sentencias favorables, madres que pueden disfrutar de ese doble permiso y esperando que en breve se consolide por ley ese derecho.
Y tú, ¿te sumas a nuestra locura?
Jubilación a los 60 años con el 100% del salario, bajada de ratio generalizada, ratios máximas para especialistas de PT, AL, ATAL y otro personal laboral (PTIS, monitoras…), ninguna unidad pública más cerrada, fuera la religión de las escuelas, eliminación de los conciertos educativos, cada docente a su especialidad…