Estamos a principios de junio y la Consejería no ha confirmado aún la continuidad del tan aplaudido y anunciado Programa de Unidades de Acompañamiento (PUA) que vienen desarrollando casi 300 orientadoras en Andalucía. Dicho programa ha sido crucial en muchos centros al reforzar la figura del orientador en las zonas ERACIS y centrarse en el alumnado en situación de vulnerabilidad social y sus familias.
Recordemos que la Junta anunció, en su momento, a la manera en que nos tiene acostumbrados, la creación de 300 plazas nuevas de orientación educativa.
Ni 300 plazas nuevas ni de la Junta. Vamos por partes. Estas 300 implicaban ya un recorte. Recordemos que en años anteriores se habían convocado cerca de 400 vacantes de PROA+ cubiertas con Orientación. A todas luces, estas 300 vacantes eran un recorte. Pero además, tampoco eran nuevas plazas ya que no son plazas ESTRUCTURALES. Son vacantes que se financian con fondos europeos.
¿Y entonces? Entonces, el profesorado de Orientación Educativa sigue asumiendo cada vez más tareas, con ratios imposibles. Las orientadoras de Andalucía, en la actualidad, atienden aproximadamente entre 1000 y 1500 alumnos/as, y a 3 o 5 centros de Infantil y Primaria haciendo kilómetros.
¿Qué no se les ve? Convivencia, evaluaciones psicopegagógicas, acompañamiento, igualdad, bienestar, protocolos, asesoramiento al profesorado, atención a familias, reuniones de coordinación con agentes externos, más protocolos: con ratios tan altas poco tiempo queda para lo importante.
No es de recibo que el profesorado que atiende al alumnado en situación más vulnerable esté aún esperando si en unos días se verá en la cola del paro. Tampoco es de recibo que el alumnado en situación de vulnerabilidad social y en riesgo de abandono no cuente con un Programa de acompañamiento el próximo curso. ¿Y el acompañamiento a las miles de familias que más lo necesitan? La Junta se ha jactado de los buenos resultados del Programa en la prevención del abandono y en la mejora del rendimiento del alumnado en situación de riesgo y vulnerabilidad. ¿Qué esta esperando para anunciar no sólo que el programa continúa sino su refuerzo? ¿Cómo piensa la Junta paliar la falta estructural de orientadores en al Sistema Educativo Andaluz?
Desde CGT seguimos reclamando una bajada de ratio estructural urgente. La realidad ha cambiado; las necesidades del alumnado, también. Hoy más que antes, si cabe, es necesario ese apoyo y acompañamiento.
Exigimos:
1 orientador/a por cada 250 alumnos/as;
1 orientador/a por CEIP;
refuerzo urgente a los EOE especializados para atender a las NEAE;
refuerzo al Programa de Bienestar Emocional.
Y convocatoria de, al menos, esas 300 plazas en la colocación de efectivos como vacantes informatizadas.
Entretanto se cumple lo anterior, que no se tenga en cuenta el número de unidades de la ESO, sino el número total de unidades del centro, para la dotación del segundo orientador.