Una vez más, las fuerzas políticas que gobiernan Andalucía apoyan las exigencias de una ultraderecha que, cual parásito incansable, ataca voraz el trabajo de años en favor de la igualdad, esta vez para eliminar el uso del lenguaje no sexista en los libros de texto.
La ultraderecha, que de manera implícita o explícita ha llegado al gobierno de distintas comunidades, se aprovecha de su posición para apoyar los presupuestos del Gobierno andaluz. Como una garrapata que se adhiere al pelaje de un animal más fuerte que ella alimentándose de su sangre, así actúa esta gente, atacando todo aquello que más temen y donde se han conseguido importantes avances en los últimos años: ahora es el turno de la igualdad en el ámbito educativo. No es concebible para sus atrofiados sentidos utilizar desdobles de términos (tediosos y larguiiiísimos). No se plantean alternativas viables (lenguaje inclusivo) ni acabar con las desigualdades de un lenguaje que lleva siglos invisibilizando a la mitad de la población, con excusas gramaticales que suponen otro pilar más de sostén del patriarcado.
Señoras y señores de la ultraderecha: aunque se empeñen en ocultar, negar, arrinconar y destruir los avances en la igualdad, no podrán acallar las ansias de justicia y de verdad. Durante muchos años, siglos, se negaron los derechos a las mujeres. Se ocultó y se silenció su existencia, porque lo que no se nombra no existe; pero debajo de los escombros de sus ruinas patriarcales ha brotado la voz de las silenciadas. Imparable, audaz, buscando una sociedad igualitaria, beneficiosa para las mujeres y para los hombres. No conseguirán taparnos de nuevo la boca.
Esta vez, será la sociedad quien os ignore.
LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE.