Aunque esto no salga en los medios, alumnado, profesorado y familiares están muy preocupados.
A estas alturas de la película, más allá de la opción de postergar las pruebas a inicios de julio, ¿no se baraja ninguna otra medida?
Además de las fechas, tal vez sería pertinente hablar del cambio de modelo o sobre la posibilidad de descentralizar las pruebas para realizarlas en cada instituto. En Italia, por ejemplo, hay una gran polémica porque van a ser presenciales pero orales; en Francia, directamente no se harán.
Querer hacer la Selectividad clásica en las circunstancias actuales se antoja una locura. Hacinar a centenares o miles de estudiantes en espacios reducidos donde la sudoración, la tos, el picor de ojos, los tocamientos de pelo y cara son habituales (debido al calor, los nervios, la falta de horas de sueño) supondría someter a un grave riesgo a alumnado y a profesorado, aunque se dotase —en el mejor de los casos— a las más de 200.000 personas que van a participar de geles desinfectantes, mascarillas y gafas/pantallas. Por cierto: ¿llevarían EPI los docentes?
Durante esos 3 días, ¿qué ocurrirá en los descansos de media hora entre exámenes? Lo normal es coincidir con gente: al ir al baño, desayunar, abrazarse y charlar para darse ánimos, etc. Con una alta dosis de nervios y preocupación parece inevitable. ¿No se plantea ninguna alternativa? ¿Hasta cuándo esperar? ¿Y si, llegado el momento, no nos convence lo que propone el Gobierno? ¿No podemos anticiparnos antes de que se trate de hechos consumados? ¿Seremos causantes por acción u omisión de una nueva extensión del virus? ¿Vamos a quedarnos de brazos cruzados?
¿A qué están esperando las Comisiones de Selectividad para ponerse en contacto con el profesorado y dar unas directrices?
[…] nuestra preocupación sobre la finalización del presente curso (cuestión de emergencia) («Sobre la Selectividad», «No se pueden reabrir los centros escolares si no se garantiza la salud», «La (re)vuelta a […]