Si no defendemos hoy la Escuela Pública, dentro de una década quedará poco por defender

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9 de septiembre de 2019

Si no defendemos hoy la Escuela Pública, dentro de una década quedará poco por defender

Adelanto de un estudio elaborado por CGT basado en las Enseñanzas de Régimen General en Andalucía (Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y FP Básica, de Grado Medio y Superior).

Según un estudio del sindicato CGT basado en los datos oficiales que ofrece el Ministerio de Educación, la Educación Pública en Andalucía se está viendo sometida desde hace una década a un proceso de desmantelamiento y privatización. El descenso demográfico de nuestra población, hecho innegable, no explica por sí solo el cierre de unidades en centros públicos que se ha producido en los últimos años, ya que en el mismo período el número de unidades en centros privados concertados prácticamente se ha mantenido estable, e incluso se ha incrementado en algunos niveles educativos.

Los datos oficiales revelan una realidad demoledora que empieza a fraguarse en los niveles inferiores de nuestro sistema educativo (Educación Infantil) y en una década, según el estudio, habrá llegado a las etapas superiores (Bachillerato y FP).

El avance de datos que elabora la CGT manifiesta que entre 2011 y 2018 se han perdido en Andalucía 1.450 unidades públicas de Educación Infantil de Segundo Ciclo (3 a 6 años). En el mismo período, por el contrario, el número de unidades de este nivel en centros privados concertados ha aumentado, pasando de 2.042 a 2.078. Si nos centramos en los niveles inferiores de infantil y primaria, el saldo es demoledor para la continuidad de la educación pública: 654 unidades perdidas frente a 923 unidades que gana la concertada. Destaca especialmente el nivel de Educación Infantil de Primer Ciclo (0 a 3 años) en el que la Educación Privada Concertada es mayoritaria en nuestra comunidad.

Una proyección a medio plazo, basada en los datos demográficos que ofrecen los Padrones de Población, sitúa en el año 2029 el punto de inflexión en el que la ola destructiva llegará a los niveles de Educación Secundaria y Bachillerato si continúa esta tendencia neoliberal que desmantela la Escuela Pública con la excusa del descenso demográfico mientras mantiene estables las unidades escolares financiadas con fondos públicos en centros privados. Si a esto sumamos que el actual gobierno andaluz no oculta su política de priorizar la enseñanza privada aumentando los conciertos y extendiéndolos a niveles educativos en los que no eran muy representativos (Bachillerato), la Educación Pública va a terminar convirtiéndose, según CGT, en subsidiaria de la Educación Privada, para cubrir exclusivamente los lugares en los que el capital privado no vea garantía de obtener dividendos a costa del dinero público.

Por otra parte, el estudio de CGT demuestra que el descenso de unidades escolares públicas está ocasionando una fuerte pérdida de empleo docente, que se ceba en el numeroso colectivo de personal interino. Tras años de servicio demostrando sobradamente capacidad y mérito para ejercer la labor docente, muchas personas se están viendo abocadas al paro ante el mencionado cierre de unidades en centros públicos, mientras se incrementa el número de docentes en centros privados concertados cuyas nóminas se pagan con dinero público sin que hayan superado ningún proceso de selección que acredite su capacidad y mérito.

Entre 2011 y 2018 la Enseñanza Pública ha perdido 4.471 puestos de trabajo, mientras que los centros privados concertados han visto incrementadas sus plantillas docentes en 3.026 personas.
Ante la aplastante realidad que muestran los datos, el sindicato CGT concluye que el tan mencionado descenso demográfico de la población andaluza no ha sido la causa, sino la excusa, para iniciar un proceso de cesión del servicio público educativo a intereses privados, que entre sus objetivos tienen, como no puede ser de otra forma, obtener beneficios económicos de su actividad. Pero en un tema tan sensible como la educación no cabe despreciar el factor ideológico, es decir, entra en juego la posibilidad de tener el control de las futuras generaciones. Doble ganancia, por tanto, para el sector privado que afila ya sus cuchillos para el reparto del pastel que el gobierno andaluz anuncia que le será ofrecido: nuestra Escuela Pública.

¿Caben otras alternativas? El Sindicato CGT apuesta porque el descenso demográfico podría servir a medio plazo para conseguir mejorar la calidad educativa sin necesidad de tener que hacer grandes desembolsos. El simple mantenimiento de todos los puestos docentes públicos actuales podría permitir a medio plazo reducir las ratios de alumnado por aula, elemento que desempeña un importante papel en la calidad educativa según todos los estudios. La estabilidad del personal docente, además, es un factor de calidad para el servicio que puede prestar en sus centros de trabajo. Es absurdo, considera CGT, que personal docente que ha demostrado su capacidad habiendo superado, en ocasiones más de una vez, las pruebas selectivas, y que acumula además años de servicio intachable como personal interino, tenga que someterse cada dos años al suplicio de una nueva oposición que lo deja en la cuerda floja y con posibilidad de perder su empleo.
En definitiva, CGT considera que la Escuela Pública debe despertar y tomar conciencia de que su supervivencia está en juego, y eso afecta a todos los sectores de la comunidad educativa: familias, alumnado, docentes y personal de servicios.
Hoy más que nunca se hace necesario que sumemos fuerzas en defensa de la salvaguarda de la gestión pública de un derecho básico que costó tanto esfuerzo conquistar, y del que carecieron la mayoría de nuestros mayores en Andalucía: una Educación Pública, gratuita y de calidad.

Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, las Artes o las Culturas, está ya gobernado por aquellos que sólo tienen algo que perder con la difusión del saber.
(Italo Calvino, 1974)