La Consejería de Educación andaluza vuelve a demostrar su contrastada capacidad para la improvisación y su desprecio hacia el profesorado interino
La CGT considera que el anuncio de la Dirección General de Profesorado y Gestión de Recursos Humanos de que tiene la intención de adelantar la primera prueba de las oposiciones, si lo permiten los plazos, demuestra una vez más la contrastada capacidad de la Consejería de Educación para recurrir a la improvisación y su indolencia ante un profesorado interino que, además de tener que soportar una situación de permanente precariedad laboral, ha de someterse periódicamente al suplicio de demostrar lo que ya viene haciendo a diario en las aulas andaluzas.
Resulta difícil de creer que a mediados de enero se contemple la posibilidad de que la primera prueba de las oposiciones, en las que se juegan su futuro profesional miles de docentes interinos, se adelante al mes de mayo, pues ello supone que dicha prueba se desarrollará en unas fechas en las que no solo se sigue impartiendo clases, sino en las que se produce una especial sobrecarga de trabajo como consecuencia de la evaluación del alumnado. Asimismo, no es baladí que se recorte en un mes el tiempo del que dispone el profesorado afectado para preparar la prueba. Igualmente, cabría valorar el posible efecto llamada que implicaría el que un opositor de otra Comunidad Autónoma pueda presentarse en distintas convocatorias.
Pero, por si no fuera suficiente, la mencionada Dirección General aún no tiene claro cuál es el marco normativo que debe seguirse para la elaboración de las programaciones didácticas que han de presentarse en el proceso selectivo, lo que invita a opinar que, si no se tratara de una cuestión tan seria, cabría bromear con la posible intención de la Consejería de facilitar el negocio de terapeutas y psicólogos especializados en prevenir el estrés y la angustia.