Algunos se sienten triste, otros hastiados o enfadados. Día tras día nos entregamos con lo mejor de nosotros/as para enseñar al alumnado lo muchísimo que sabemos. Ya está bien de ser modestos: años de preparación en universidades, máster, cursos de formación y largo tiempo de servicio avalan la labor docente de miles de profesores y profesoras.
Pero hoy nos sentimos tristes… la Administración lejos de ayudarnos, in situ, con recursos materiales o humanos y permitirnos tiempo para preparar, corregir,atender a Séneca o educcand.es, fiscaliza cada hora como si estuviésemos en una fábrica del siglo XVIII-XIX, contabilizando cada minuto de nuestro horario (vaya a ser que el fracaso educativo se deba a que el profesorado se demora demasiado en las entradas y salidas. Es sarcamos, en ocasiones ni vamos al baño), buscando castigarnos, si las justificaciones por falta de asistencia, médicas fundamentalmente, no se rigen por el arbitrio, que no ley, del inspector/a de turno. Porque dependiendo de quién te toque, así baila el agua.
No todos los miembros de la Inspección Educativa actúan de manera coercitiva, pero los y las que lo hacen, humillan y generan el malestar suficiente como para poner un centro patas para arriba.
Las teorías laborales actuales aseguran que las personas trabajadoras rendimos mejor y más cuando las condiciones psicosociales y laborales son las idóneas y la ética laboral está presente, lo primero es no hacer daño (primun non nocere).
Querida Administración: «somos personas adultas responsables comprometidas con lo que hacemos y no pretendemos escaquearnos, a veces enfermamos o enferman nuestros familiares directos, no somos infalibles. Perdonen las molestias pero la persecución es indebida».
-Tiempo indispensable dice la norma: ¿el que necesite para desplazarme y regresar enfermo/a al centro, con la familia, hijos/as menores o personas dependientes ?
Ah, que si no puedes dejar a los hijos/as con alguien… ¿Los dejamos solos en casa? Y si estamos enfermos/as… mejor nos pedimos una baja, ¿verdad? Y, ¿qué dirán los sanitarios al respecto? Uf, esto me genera dudas.
¿Esto no entra en contradicción con el deber inexcusable? Jolines, que alguien nos lo aclare.
Bajo amenazas y a golpe de «os abro un expediente» (ole la disciplina positiva con la que debemos actuar con el alumnado), el miedo cala en los huesos (nadie quiere problemas y ponerse en riesgo de un contencioso), y solo nos queda agachar la cabeza, poner el culo, esperar la patada y llorar en casa sin hacer ruido.
Pues no compañeros y compañeras, NO NOS AMEDRENTAN.
NO ESTÁS SOLA COMPAÑER@
Tenemos centros educativos con grandes profesionales que cada día se entregan en su horario y más allá de su horario, con horas extras imposibles de contabilizar, y directivas que mejor o peor echan más horas que un reloj para que todo funcione.
¡¡¡Horas extras señores/as inspectores/as!!! Esas que no se reconocen y que no tienen en cuenta. Esas que debemos empezar a exigir y que no cobramos.
Por cierto, ¿en las delegaciones de educación se ficha?, creo que sí… a ver si va a resultar que la vara de medir es diferente según el rasero.
Nosotros lacayos/as y ustedes señores/as. Se me olvidaba que estamos en el siglo XIX.