La privatización de la educación en Cádiz: de Valcárcel a la Institución

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Breve crónica del papel de la Diputación de Cádiz y del PSOE en la privatización de la educación en la ciudad de Cádiz: de Valcárcel a la Institución.

CGT llama a asistir a la concentración contra el cierre del colegio público La Institución este miércoles a las 13:30 delante de la Diputación de Cádiz.

Este miércoles, el Pleno de la Diputación de Cádiz discute la cancelación del acuerdo de cesión del espacio en que se ubica el colegio público la Institución y con ello el cierre de este colegio público. Uno más. Y ya van diez.

De nuevo, como con el Valcárcel, es un gobierno provincial del PSOE quien va a tener el triste honor de hacerlo. Por eso, desde la Coordinadora de la escuela Pública de Cádiz se llama a concentrase delante de la Diputación (Plaza España) a las 13:30 en defensa de este colegio y de la escuela pública.

La Diputación Provincial, gobernada por el PSOE, es la principal responsable de este cierre puesto que el colegio es de titularidad provincial y esa responsabilidad no disminuye ni un ápice por que haya otros actores también implicados en el mismo. 

En efecto, la complicidad de la Delegación/Consejería de Educación del Gobierno Andaluz (de PP-Ciudadanos y el apoyo de Vox) se da por descontada, puesto que su política defiende abiertamente a la enseñanza privada concertada frente a la escuela pública: véase el último decreto de escolarización o las recientes declaraciones del consejero Imbroda relativas a desviar los fondos destinados por el Gobierno central ante la pandemia a la privada concertada o los propios intereses directos del citado Consejero con empresas educativas privadas como el MEDAC.

Tampoco extraña que la Fundación Aramburu/Obispado de Cádiz, propietaria de los terrenos en que se encuentra el colegio, esté interesada en el cierre del mismo y haya “colaborado” voluntariosamente en ello. Al fin y al cabo, este colegio público hace competencia a los colegios privados concertados de alrededor, casi en su totalidad religiosos. El propio obispo Zornoza, muy amigo de “optimizar recursos inmobiliarios” aunque tenga que despedir a trabajadores/as de toda la vida del obispado, ha traído a Cádiz desde Madrid el modelo de hacer negocio con la educación a la vez que se difunde la ideología más reaccionaria a través de la Fundación Educatio Servanda, a la que ha cedido los colegios La Palma y San Martín (además de otros en Puerto Real y La Línea).

Sin embargo, la máxima responsabilidad del cierre recae paradójicamente en una Institución gobernada por un partido, el PSOE, que dice defender la escuela pública. Y ello porque es su competencia ya que la Institución es de titularidad provincial y es, por tanto, quien debe velar por su continuidad, cosa que, se ha demostrado, no ha hecho.

No lo ha hecho en la actualidad ante las maniobras de la Fundación Aramburu: su comunicación de no renovar el acuerdo de cesión del terreno que ha ocultado y ha usado como excusa para justificar su cierre. ¿Por qué ha ocultado a la comunidad educativa la pretensión de la Fundación de rescindir el acuerdo de cesión de los terrenos por parte de la Fundación? ¿Por qué ha esperado la Diputación al proceso de escolarización y en plena pandemia para hacerlo público? ¿Por qué no ha intentado negociar con la Fundación la renovación del acuerdo de cesión? ¿Por qué no ha buscado otra posible ubicación para el colegio si esto no era posible?

No lo ha hecho tampoco en el pasado, puesto que la dejadez, abandono y falta de inversiones por parte de la Diputación en el colegio la Institución viene de muchos años atrás, con gobiernos provinciales tanto del PSOE como del PP. Lo que parece una decisión de cerrar el centro planificada. ¿Por qué no se ha transferido la titularidad del centro a la Consejería de Educación antes si es que existen esos problemas de competencias educativas que ahora argumenta la Diputación para dejarlo morir?

Irene García, presidenta de la Diputación de Cádiz por el PSOE va a pasar a la historia como la responsable del cierre de otro centro público emblemático de la ciudad de Cádiz. De la misma manera que Rafael Román, entonces presidente de la Diputación, pasará a la historia como el responsable del cierre del Valcárcel.

Antes de entrar en el affaire Valcárcel, permítannos la licencia de citar el curioso papel del sanchismo gaditano en la (no) defensa de la escuela pública: si Fran González, representante hasta hace poco del PSOE en Cádiz y portavoz en la Diputación, hacía gala de un defensa de la escuela pública solo de boquilla y desde la barrera (en este caso el colegio de las Carmelitas), el otro gran sanchista gaditano, José María Román, actual alcalde de Chiclana, y hermano del citado Rafael Román, no ha dudado en ceder suelo público para que se construya un colegio privado para pijos: el Novo Santi Petri School…

Pero quizá el hecho más grave que ha sucedido a la escuela pública de Cádiz ha sido el cierre del Valcárcel, también por la Diputación de Cádiz, centro emblemático dentro de la larga lista de centros públicos cerrados en la ciudad: CEIP Bartolomé Esteban Murillo (Capuchinos), CEIP José León de Carranza (Puntales), CEIP Eduardo Benot (la Paz) CEIP Jaime Balmes (Arbolí), CEIP Carmen Jiménez (san Severiano), CEIP Manuel de Falla (La Laguna),  IES la Paz o el IES Rosario.

El edificio Valcárcel, edificio histórico emblemático por su arquitectura y su situación enfrente de La Caleta, era un verdadero baluarte de la escuela pública de la ciudad, desde que fuera asumido por la Diputación. Primero, como centro de acogida para niños, se convierte en centro educativo para niños huérfanos o pobres de la provincia de Cádiz que se alojaban en los pisos superiores. Posteriormente, se incorpora alumnado externo y donde se imparte EGB, Bachillerato y Formación Profesional. Aunque de propiedad provincial va a pasar a estar gestionado por la Consejería de Educación andaluza, momento en que se elimina su función de albergue y el alumnado interno es enviado a pisos de acogida y se convierte en un enorme centro educativo que va a albergar incluso a todo el IES Rosario que se traslada allí al completo.

Durante un periodo conviven dos centros educativos en el edificio, con dos equipos directivos diferentes: el IES Rosario (con Secundaria y Bachillerato) y el Valcárcel (con Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional). Finalmente acaban uniéndose: pierde el nombre Valcárcel y pasa a llamarse Fernando Quiñones. Tras lo cual, comienza la eliminación del alumnado de infantil y primaria que tuvo fuertes movilizaciones en su contra de profesorado y familias.

Inexplicablemente, este enorme y emblemático centro, que reunía la propia historia del Valcárcel y la del IES Rosario, uno de los institutos históricos de la ciudad y que era, sin duda, el edificio educativo público más grande y con mejores espacios de la ciudad, lo que es especialmente importante en intramuros, donde los espacios públicos son muy reducidos, se va a cerrar y desmantelar a principios de la década del dos mil para ¡convertirlo en un hotel de cinco estrellas! 

Es el propio presidente de la Diputación por el PSOE Rafael Román el que presenta el proyecto en 2001, y desmantela totalmente el centro en los años 2002-2003 para venderlo a la constructora Zaragoza Urbana. Ese fue su proyecto estrella como candidato socialista a la alcaldía de Cádiz para intentar disputar la alcaldía a Teófila Martínez en 2003 y 2007, que intentó vender como un gran proyecto para el barrio de la Viña.

El fiasco político y urbanístico posterior es de todos conocido: veinticinco años de teofilato y el enorme edificio Valcárcel cerrado y abandonado convertido en todo un símbolo del abandono de la escuela pública en la ciudad de Cádiz. El breve periodo de recuperación del edificio por la ciudadanía al calor del 15M en el 2011 fue un fugaz destello de lo que podría haber sido de haber continuado como centro educativo público abierto a la ciudad, cuando la ciudad se lo reapropió y volvió a llenarse de vida durante unos meses.

Su desalojo y abandono posterior han vuelto a convertir al vacío y abandonado edificio Valcárcel a los pies de La Caleta en símbolo, al modo de las ruinas de la ciudad de Belchite y la decisión franquista de mantenerlas como imagen indeleble de la derrota republicana, siguiendo la estética de la ruina del arquitecto de Hitler Albert Speer. El actual proyecto Valcárcel universitario, si no acaba en un nuevo fiasco, podría recuperar para la ciudad el edificio y llenarlo de nuevo de vida pero no podrá compensar el daño que la decisión de cerrar este centro ha hecho a la escuela pública gaditana.

Mucho nos tenemos que el edificio de la Institución se convierta en un nuevo Valcárcel abandonado. Por eso desde CGT Cádiz llamamos asistir a la concentración convocada por la Coordinadora de la Escuela Pública de Cádiz contra el cierre del Colegio público La Institución este miércoles a las 13:30 horas delante de la Diputación de Cádiz (Plaza de España).

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