No crea el lector que suscitamos en este texto la controversia que Carlos Marx mantuvo con Pierre Joseph Proudhon, a propósito de su obra Sistema de las contradicciones económicas o filosofía de la miseria, por cierto traducido en 1870 al español por F. Pi y Maragall. La cuestión que analizamos se encuentra mucho más cercana a este tiempo de zozobras educativas. Precisamente, hace poco más de una semana, se constituyó la I Asamblea de Profesores de Filosofía del Campo de Gibraltar. Que, quizás por aquello de situarse en un contexto neutral, se reunió en la sala multiusos de la Biblioteca del Centro Documental José Luis Cano. El motivo de tal evento no se sitúa en el afán, que también, de enaltecer los valores que encierra la Filosofía, sino para dimensionar el estado de extrema miseria en el que la política educativa está dejándola. Esta materia atesora el discurrir de una pléyade de concienzudas mentes a lo largo de la historia. Mentes inquietas y en ocasiones inquietantes, sobre todo, para los siempre poderes facticos que no ven con buenos ojos que el pueblo piense y mucho menos que piense por sí mismos. ¡Hasta ahí podríamos llegar!
La causa principal de este conclave docente es la maltrecha situación en la que la Filosofía, como materia de estudio, queda en el curriculum diseñado por la nueva ley educativa (LOMCE). Las personas, docentes especialistas en esta materia, que participaron abordaron el análisis de la situación de la asignatura de Filosofía tras las órdenes publicadas por la Junta de Andalucía, sobre desarrollo curricular y evaluación de la Prueba Final de Bachillerato, tristemente llamada reválida. La situación de indefinición es más que preocupante para el alumnado que cursa segundo año de Bachillerato en lo referente a la asignatura de Historia de la Filosofía. Iniciado el curso, aún no hay certeza sobre si la asignatura estará o no presente, y de qué forma, en la configuración de la nueva e ignota prueba de reválida.
Y es que al fin y al cabo es la prueba selectiva la que cierra el currículum y ésta es la gran desgracia que se cierne sobre un sistema educativo que debe mostrar lo más ampliamente posible el desarrollo de la cultura en la que la nueva generación se verá incorporada. En cuanto se concrete qué se preguntará al alumnado, el profesorado se aplicarán para que aquel consiga el éxito en la dichosa revalidad, dejando de lado la globalidad del conocimiento y sobre las competencias de aprender a aprender, porque de eso nada se preguntará en el examen que será clave para el acceso a estudios superiores. Esta asamblea se pronuncia: venimos asistiendo a un menosprecio progresivo de la asignatura que inculca en nuestro alumnado la actitud crítica y reflexiva sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea se les escatima herramientas y modelos de reflexión ético-políticos ambos aspectos son síntomas de una intencionalidad educativa por crear ciudadanos satisfechos, dóciles y continuistas con un sistema.
Conclusión más diáfana y certera será difícil de formular y permite comprender el alcance de esta Miseria de la Filosofía.
Fdo Rafael Fenoy Rico