CGT eleva una queja al Defensor del Pueblo Andaluz contra las restricciones de acceso a las Delegaciones y a la Consejería de Educación.
Con la excusa de la pandemia, las autoridades educativas han eliminado el acceso tal y como lo conocíamos hasta ahora a sus dependencias.
Antes de mediados de marzo de 2020, en la inmensa mayoría de Delegaciones, así como en la propia Consejería, no había ningún impedimento para entrar. Desde el punto de vista médico, epidemiológico, etc., no hay ningún motivo ni norma que lo justifique. Han aprovechado la coyuntura para colarnos este gol.
Carrera de obstáculos
Ahora hay impedimentos, trabas y obstáculos de forma generalizada. Y la vía de la cita previa ha venido para quedarse, salvo que hagamos algo por evitarlo.
El problema se ha expandido y en otras administraciones es aún más grave. Por eso, desde CGT ya hemos realizado acciones al respecto, por ejemplo, ante sedes del Instituto Nacional de la Seguridad Social y del Servicio Andaluz de Empleo.
Conciencia de servicio público
No podemos perder de vista que se trata de eso precisamente: de un servicio público que debe prestarse en las mejores condiciones y sin dificultades. ¿Cuántas familias vuelven atrás en la puerta de esta o aquella Delegación por carecer de cita previa? Recordemos que el número de citas es limitado, no sabemos con qué criterio.
Asimismo, no se visualiza la falta de personal que hay en las Delegaciones, con unas RPT muy mermadas. Ahora mismo, en algunas no se puede siquiera registrar un papel.
Esta tendencia que quieren imponer supone una dificultad añadida por la brecha digital para muchas personas mayores o con escasos recursos.
El inicio de curso es el momento en que se da el mayor número de visitas a las delegaciones por problemas e incidencias de matriculación.
Las familias, desesperadas y con problemas de urgente resolución, no pueden ser asistidas en septiembre. El personal docente, por supuesto, también se ve afectado. Incluso a representantes sindicales también les ponen pegas.
Ante las restricciones, en CGT no nos vamos a quedar de brazos cruzados.