Se publica en el suplemento del periódico el País de fecha 25 de marzo pasado, un artículo de Elvira Lindo, con el título de Buenistas sin fronteras. La página 29 entera muestra en el centro, justo debajo del título en grandes letras, una fotografía de la escritora y activista Grace Paley, tomada en Thetford (EE UU), en 2003 (escritora y activista, fallecida en 2007, finalista en el National Book Award y en el Pulitzer, que se presentaba como «pacifista combativa» o «anarquista cooperadora. Entre sus obras a modo ilustrativo 365 razones para que no haya otra guerra. Detenida en 1978 por desplegar un estandarte antinuclear ante la Casa Blanca. Protestó contra la guerra de Irak desde su inicio hasta el final de sus días:
Este hecho despista, ya que el nombre de la autora, Elvira Lindo, pasa casi inadvertido y se comienza la lectura, por error inducido, sin maldad ninguna, en la creencia de que esta activista, la Sra Grace Paley, fuese la autora del texto. Al final el lector sorprendido relee y advierte que Elvira Lindo sólo hace referencia tangencial a la escritora y activista expresando que: Decía Grace Paley que una de las condiciones para escribir una buena novela es no creerse superior a los personajes. Fin de toda referencia a esta escritora activista y que en modo alguno pude justificar el despliegue fotográfico y tipográfico del articulo de Elvira. Probablemente ella no será responsable de la maquetación de la página que chocantemente viene a relacionar la vida y obra de Grace Paley con el texto gilipoyezco de Elvira. Y el calificativo le viene de la reiteración de este vocablo, amén de no acabar de reflejar la ironía contundentemente.
Elvira expone ¿ironicamente?, con un talante y tono insultante (provocativo) un particular modo de contemplar la tolerancia, la solidaridad y el ecologismo, declarando la gilipoyez del buenismo y de paso ensalzando el malismo llegando a legitimar hasta el pegar tiros al otro, simplemente porque El buenista no piensa que la religión católica esté amenazada y no entiende la ira de quienes la defienden, pero es que el buenista es un holgazán, un cobardica, un irresponsable que permitirá que el islam nos invada antes de apretar el gatillo.
¿Será sin duda un texto irónico? Elvira parece atribuir, o ironiza atribuyendo, rango de religión al buenismo que practicarían los los progres, en el arco que va de los pijoprogres a los izquierdistas. No se sabe si los católicos también son gilipoyas, ya que afirma Elvira que El buenismo es la fe de los que creen que los seres humanos son inocentes, más allá de la religión que practiquen o del país del que provengan. Argumentando contra los refugiados porque el buenista es un insensato que no sabe, porque no se entera, que esta es una forma de invasión bárbara como otra cualquiera. Discursos fascistas como este, tan enaltecedores del terrorismo y legitimadores de las dictaduras fascista, permiten reflexionar sobre el grado de ira contenida en algunas gentes de este país, que por clara oposición engrosarían las filas del malismo. Y termina la escritora: Los buenistas, con su pasividad, favorecen el caos y, claro, alguien tiene que dar un puñetazo sobre la mesa y poner orden. Trump, le Pen o Theresa May, que parece mejor porque es inglesa.
Si se pretendía la ironía, más de un lector no la habrá captado, con que al final: ¡Vaya tela! con Elvira y ¡vaya tela! con el País.
Fdo.: Rafael Fenoy