Como consecuencia de esas dudas, hace varios años realizamos una encuesta entre el profesorado de los centros educativos para detectar qué efectos estaba teniendo esta implantación del plan. Como resultado del estudio de dicha encuesta, detectamos muchos aspectos preocupantes. Entre ellos están los siguientes:
1.º Que nuestra comunidad esté a la cabeza en la implantación de los programas bilingües. Es decir, un incremento del 858,53%. Y ahora el nuevo gobierno tripartito de la derecha anuncia su universalización a todos les centros educativos.
2.º La tensión no resuelta entre la enseñanza del idioma y el aprendizaje de contenidos. La metodología usada en estos programas desvela una tensión no resuelta entre los contenidos específicos de las materias no lingüísticas y la enseñanza de la lengua extranjera. La constitución de un modelo equilibrado, en el que los contenidos sean tratados de forma adecuada a través de la lengua extranjera, no está exenta de complejidad y potenciales contradicciones. Dicho de otro modo: si la metodología consiste en crear situaciones de aprendizaje en otras materias utilizando como lengua vehicular la lengua extranjera, ¿qué ocurre con los contenidos de las materias afectadas? Se corre el riesgo de descafeinar el currículo o bien simplificarlo de manera excesiva o convertir la materia en una mezcla de diversas lenguas con el fin prioritario de acelerar el proceso de aprendizaje de idiomas. ¿Qué es lo prioritario: aprender los contenidos o aprender las competencias básicas del idioma vehicular?
3.º Que, a pesar de las conclusiones de numerosos estudios críticos que ponen de manifiesto las dificultades del programa, la Administración persevere en ignorarlos y muestre una tozudez sin igual en el mantenimiento y ampliación del programa.
4.º El carácter discriminatorio y segregador del programa y su incompatibilidad con una política educativa inclusiva. Como muestran algunos estudios, la discriminación no es un añadido accidental del programa, sino todo lo contrario: forma parte esencial de la aplicación del mismo. El bilingüismo no fue pensado para todo el alumnado. En algunos centros, los efectos psicosociales de este tipo de programa en el ámbito escolar son perfectamente visibles. Los alumnos no bilingües tienden a percibirse como peores mientras que los alumnos bilingües se perciben como una élite. Y no basta con decir que, desde 2016, ya no existen secciones bilingües en nuestra comunidad y los centros son totalmente bilingües. La desproporción entre los niveles (hasta hace poco había más centros de Secundaria con este perfil que de Primaria) asegura de facto la existencia de grupos diferenciados en bilingüe y no bilingüe en muchos centros de Secundaria. Por otro lado, no estaría de más tener en cuenta el porcentaje de alumnos con NEE o NEAE que están matriculados en centros bilingües y no bilingües. De este modo, para cualquiera con un mínimo de sensibilidad ante las desigualdades sociales, esas prácticas suponen un auténtico dispositivo de subjetivización que enfatiza las desigualdades sociales, en muchas ocasiones reproducidas y amplificadas, de manera inconsciente o explícita, en multitud de detalles, pautas y rutinas escolares cotidianas tanto por el profesorado como por parte del alumnado y las familias. Además, los programas bilingües reproducen las identidades sociales y culturales y las desigualdades de clase y etnia.
5.º La falta de criterios pedagógicos a la hora de elegir las materias no lingüísticas para impartir en una lengua extranjera. Parece que la razón primera y única de este enfoque no es más que el carácter común o troncal de estas materias. ¿Son las materias más adecuadas para entrar a formar parte de un programa bilingüe? Ya sea la respuesta tanto afirmativa como negativa, se echa de menos un análisis claro sobre la idoneidad de las mismas para este tipo de programa. Uno de los problemas más claros que plantea la implantación del bilingüismo es la tensión existente entre la enseñanza de la lengua extranjera y la enseñanza propia de los contenidos de las materias no lingüísticas. La clave de la metodología de los programas bilingües es el aprendizaje de una lengua extranjera a través de la enseñanza de contenidos de otras materias; por lo tanto, lo importante no es tanto enseñar inglés cómo enseñar en inglés. Las materias que poseen una idiosincrasia conceptual propia no son las más adecuadas para este tipo de programas. Se corre el peligro de fomentar el eclipse del castellano como lengua adecuada para el discurso científico.
6.º La fragilidad legislativa inherente al programa bilingüe que se materializa en cambios sustanciales en las instrucciones que regulan su implantación. Uno de los datos que más sorprende es el cambio producido en la propia naturaleza de los programas en relación con sus agentes. En un principio, la decisión de acogerse de manera voluntaria a uno de estos programas recaía sobre la comunidad educativa a través de los Consejos Escolares. Pasado este tiempo de la captación, en Artículo 19.1. modificado por art. Único 2 Orden 1 de agosto de 2016, se insiste en que los centros docentes públicos serán autorizados como centros bilingües por la persona titular de la Consejería competente en materia de Educación de acuerdo con la planificación educativa, una vez oído el Consejo Escolar Municipal. Se expropia así a la Comunidad Educativa en la figura del Consejo Escolar de la capacidad para tomar decisiones relevantes. Esta expropiación es una muestra más del modelo de organización impuesto desde la Administración, que supone un jaque mate a las pretensiones democráticas de la escuela pública. Un modelo de organización centralizado, jerarquizado y autoritario que excluye de raíz a la comunidad educativa bajo el pretexto de que los elementos más sustanciales del sistema educativo son un tema exclusivo de especialistas. Además, dado el carácter voluntario que en un principio revestía el nombramiento como bilingüe de un centro educativo, un centro podía ser nombrado bilingüe si contaba con profesorado competente y comprometido con el programa sin importar la materia. A este respecto, el cambio que afectó a las materias designadas para figurar como materias no lingüísticas, para impartir en lengua extranjera, supuso una modificación de las condiciones originarias que obliga a cuestionar el compromiso contraído. Otros cambios afectan a los criterios de agrupación del alumnado bilingüe y a la segunda lengua extranjera.
(Continuará)
Lee aquí «El vil lingüismo (I)» y «El vil lingüismo (III)».