De cara el día 30 de Enero (Día Escolar de la No Violencia y la Paz), desde la FASE-CGT nos dirigimos a las personas que componen el equipo docente del centro para pedirles que trabajen estos valores no sólo ese día 30 de Enero, sino también el resto del curso escolar. Para conseguir este objetivo les pedimos que no se acuerden para su centro actos con ningún ejército (ya sea en el propio centro educativo o fuera de él) y eviten así el adoctrinamiento militar de su alumnado.
Desde hace unos años las Fuerzas Armadas de España acuden a centros educativos, bien para justificar su existencia y adoctrinar a niños y niñas de Primaria, ESO y Bachillerato, o bien en centros de enseñanzas medias y superiores para enrolar a jóvenes que no tienen muy clara su salida profesional. Incluso se están llegando a acuerdos donde las universidades andaluzas quedan forzosamente vinculadas a la industria militar y hasta se promocionan programas para llevar a alumnos y alumnas de todas las edades a visitar instalaciones militares, etc.
El abuso es especialmente grave cuando se ejerce sobre menores de edad, más indefensas e indefensos. El propósito de inculcar ideas militaristas en las niñas y niños nos parece especialmente rechazable, pues no aceptamos la propaganda habitual con la que los ejércitos disfrazan su ideología: todo son ministerios y misiones de «defensa», de promoción de la «paz»… pero continuamente comprobamos que la realidad suele ser muy distinta. La sumisión, la obediencia ciega, la desindividualización (deshumanización), la xenofobia patriotera, la lógica belicista, el abuso de la fuerza, la hipocresía propagandística, la defensa… de los poderes fácticos. Por no hablar del choque que supone contra otro de los valores a defender en la escuela: la igualdad, tal y como pudimos ver en Diciembre del año pasado cuando un grupo de militares desfilaron por Sanlúcar de Barrameda ante, entre otros, escolares y en los que profirieron cánticos tales como «Yo prefiero tener un tanque a tener una mujer porque el tanque va a la guerra y la mujer la guerra es» o «Yo prefiero tener un perro a tener una mujer porque el perro ladra que ladra y la mujer ladrona es».
Además, queremos destacar que en estos tiempos de recortes a los servicios públicos y que todas y todos los docentes sufrimos de manera directa (aumento de ratios en las clases, falta de contratación de profesorado, empeoramiento de las instalaciones, etc.) son los ejércitos los que se llevan una parte cada vez mayor de presupuesto. Fue la propia ministra de Defensa en Marzo pasado la que informó que el gasto militar aumentaría en 14.000 millones de hasta llegar al 2% del PIB en 7 años, eso sin contar todas las partidas presupuestarias que enmascaradamente contribuyen a que este gasto sea mucho mayor. Ese dinero saldrá de otras partidas entre las que, no cabe duda, estará la educación pública.
Los valores de la Paz y la Igualdad no deben quedarse restringidos a hacer un acto el 30 de Enero, el 25 de Noviembre o el 8 de Marzo. Deben ser valores presentes en la actividad docente de una manera transversal y continua y es por esto por el que consideramos profundamente contradictorio realizar actividades con cualquier ejército y defender estos principios que, teóricamente, deben estar presentes en toda programación didáctica.
Por todos estos motivos les animamos amablemente a que tomen esta iniciativa como se merece y la discutan en los órganos de trabajo de los centros educativos. Creemos que una educación verdaderamente basada en la igualdad y la paz es incompatible con el adoctrinamiento militar y por ese motivo volvemos a pedirles que eviten realizar actividades de ningún tipo con cualquiera de los ejércitos.