Los próximos 28 y 29 de mayo se realizan en centros seleccionados de Andalucía las llamadas reválidas. Dichas pruebas solo tendrán carácter muestral y finalidad diagnóstica y se pasarán al alumnado de 6º de Primaria y 4º de la ESO.
Estas pruebas nacieron con valor académico de la mano de José Ignacio Wert y la LOMCE. Su sucesor, Íñigo Méndez de Vigo, las convirtió en puramente informativas. A pesar de los anuncios de su eliminación, así siguen con la ministra Isabel Celaá.
Dichas pruebas se realizarán durante los días 28 y 29 de mayo y evaluarán diferentes aspectos según la etapa. En Primaria comprobarán la adquisición de las competencias lingüística (incluyendo la primera lengua extranjera), matemática y de ciencia y tecnología. En la ESO, en lugar de esta última, se evaluará la competencia social y cívica. Tienen carácter muestral: solo se realizan en determinados centros.
Desde CGT denunciamos que las reválidas son una manera de cuestionar la labor del profesorado, poniendo en duda su evaluación. Además, su preparación supone una sobrecarga para el mismo, ya que implica que tiene que haber acabado el temario cuando aún no han terminado las clases.
Su realización supone un gasto inútil de dinero, mientras no se recuperan las partidas presupuestarias dedicadas a la educación pública. Como ejemplo, decir que solo la prueba de Secundaria supondrá un coste de 2,3 millones de euros en todo el país.
Los resultados de las pruebas supondrán una guía para comparar centros y (aunque no se hagan clasificaciones oficiales) para que se publiciten los que mejores calificaciones obtengan. Fomentan la competencia entre centros, sin tener en cuenta sus condiciones de partida ni sus contextos sociales, culturales o económicos. Son segregadoras y atacan la esencia misma del concepto de escuela pública.
Por todo ello, informamos a los padres y madres que ninguna de estas pruebas es de obligada realización, al carecer de consecuencias académicas. El alumnado y sus familias tienen derecho a negarse a hacerlas, sin que esta decisión suponga para ellos ninguna discriminación ni consecuencia negativa.
CGT reivindica la eliminación de estas pruebas de evaluación externa, al tiempo que hace un llamamiento a la comunidad educativa para que no colabore en su realización. No son pruebas obligatorias, no tienen valor académico alguno y, por tanto, si las familias y el alumnado se niegan a hacerlas, no pasa absolutamente nada. Suficiente prueba diagnóstica es la evaluación continua que el profesorado realiza. Estas pruebas no nos van a decir nada que no sepamos, porque lo que hace falta son: ratios más bajas, más presupuesto, estabilidad del profesorado, mayor atención a la diversidad y a las necesidades de apoyo educativo, dotación de trabajadores y educadores sociales…