CGT exige que se prohíba adherirse a una campaña de Amazon

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Este curso, Amazon vuelve a la carga con su campaña “Un clic para el cole”. Una campaña en la que las familias de los centros educativos que se adhieran pueden “donar” un porcentaje del 2,5% del gasto de las compras en Amazon. Ese dinero podrá ser gastado después por el centro para comprar productos ya seleccionados. ¿Dónde? En Amazon, claro. Lo comprado por los centros aporta además un 1% al “gesto solidario”. El negocio es redondo: Amazon se lleva la pasta, el mérito y una gigantesca campaña de promoción y publicidad a precio de saldo.

No son pocos los institutos y escuelas andaluces que han decidido participar en la campaña. No dudamos de la buena voluntad de quienes se han inscrito. Más si tenemos en cuenta el deplorable estado de muchos centros públicos y sobre todo la falta de recursos y medios materiales debido a la dejadez, el abandono y la falta de financiación pública de la consejería.

Pero ¿no sería más adecuado, ético y responsable exigir al gobierno andaluz que ponga todos los medios necesarios para que los centros puedan funcionar correctamente?

Desde CGT Andalucía defendemos que la Escuela Pública, como derecho universal, debe ser financiada íntegramente por fondos públicos, y, por supuesto, que sea la Administración Pública con el dinero de todas y todos la que garantice todos los medios y recursos para contar con una Educación Pública de calidad, como así indica la legislación vigente. Además, desde CGT entendemos que es una campaña:

1. Ilegítima. Los centros públicos educativos no pueden ni deben hacer un convenio con una empresa y hacerle publicidad prácticamente gratuita. Es una práctica que roza la ilegalidad: ¿o acaso el resto de pequeños y medianos comercios pueden publicitarse entre cientos de familias a cambio de una mínima “donación”? Es ilegitima e injusta, ya que la adhesión al mecanismo implica hacer publicidad a Amazon en el seno del centro escolar. Esta circunstancia incide directamente en el mercado, pues se está promocionando la compra a una empresa en detrimento del resto de empresas del mercado. Los intereses de las empresas privadas han de quedar al margen de los servicios públicos, en general, y de la Educación Pública, en particular.

2. Chantajista. La Escuela Pública no puede verse en la tesitura, por infrafinanciación, de sucumbir a los “chantajes” de una multinacional -Amazon- que está imponiendo una forma de consumo feroz, fomenta la deslocalización de la producción, destruyendo empleo local, y oferta una forma de empleo precario y temporal.

3. Contradictoria. Es una campaña consumista -promociona el hiperconsumismo-, que va en contra del tejido productivo y del pequeño y mediano comercio, y solo persigue el beneficio propio de la multinacional. Desde nuestras escuelas no deberíamos, en ningún caso, hacerle publicidad a una empresa que ejemplifica todo lo opuesto a los valores que tratamos de transmitir a nuestro alumnado: consumo responsable, local y de cercanía, comercio justo y respeto y defensa de los derechos laborales.

4. Cómplice. Los servicios públicos no deben ser en ningún caso susceptibles de recibir “migajas” disfrazando de filantropía el negocio de una multinacional. En lugar de limosnas, Amazon tendría que dejar de utilizar todo tipo de ingeniería fiscal para evadir impuestos y tributar como le corresponde. Es a través de los impuestos de todos y de todas como se financia la Educación Pública y el resto de Servicios Públicos, pagando cada cual progresivamente según sus ingresos.

5. Improcedente. No entendemos cómo, en contra de todo tipo de ética, se permite que una institución pública reciba una donación con un fin comercial y que beneficia justo a la empresa “donante”. Además, en CGT entendemos que la posibilidad de que los centros educativos puedan recibir donaciones bajo la fórmula de créditos virtuales -procedentes de la plataforma Amazon, dentro de un programa puesto en marcha por la citada plataforma- puede vulnerar los principios de la contratación pública a los que está sometida esta administración, en general, y los centros educativos, en particular.

Por todo ello, desde CGT Enseñanza Andalucía nos preguntamos a qué espera la Consejería de Educación para prohibir a todos los centros educativos públicos adherirse a la campaña siguiendo el ejemplo de otras comunidades autónomas como Navarra, Castilla y León o Aragón, que ya tomaron cartas en el asunto prohibiendo taxativamente la adhesión de cualquier centro educativo público a esta campaña ilegitima, chantajista, contradictoria, cómplice y, sin duda, improcedente.

Desde FASE-CGT EXIGIMOS a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía que tome urgentemente cartas en este asunto y dé INSTRUCCIONES a todos los centros educativos públicos andaluces de no adhesión a la campaña “Un clic para el cole” de forma inmediata.

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