¿Sabías que en Europa, incluso en la católica Italia y en la admirada Finlandia, la educación es fundamentalmente pública, un 89.2% en primaria y un
83% en secundaria, mientras que en España la educación pública solamente alcanza un 67%? ¿Y sabías que el 63% de la concertada en España es de la
Iglesia? ¿Sabías que España es el tercer país europeo en escuelas concertadas, solamente superado por Bélgica y Malta? ¿Sabías que en Andalucía va
aumentando progresivamente el porcentaje de alumnado que estudia en la concertada mientras la Consejería recorta unidades en la pública?
Es en 1985, con Felipe González, cuando el colegio concertado se consolida legalmente como categoría propia al lado de los colegios públicos y de los
privados. En aquel momento la red pública no alcanzaba a dar cabida a todo el alumnado, pero en la actualidad sin embargo sólo se justifica por razones
ideológicas.
En Andalucía, a pesar de las cínicas declaraciones del PSOE de Susana Díaz que se presenta como paladín en la defensa de la escuela pública y contra la
LOMCE del PP, las estadísticas corroboran la progresiva privatización de la educación: en el curso 2010-11, el 80.24% del alumnado estudiaba en la pública;
en el curso 2012-13, el 80.11%; y en el curso actual, el 78.17%. Sin embargo, el 90.80% del alumnado inmigrante estaba escolarizado en la escuela pública
el pasado curso 2015-16.
Pero aún contamos con más datos que muestran el avance imparable de la enseñanza privada concertada en detrimento de la pública. El peso importante del
espacio rural en Andalucía (donde hay poca presencia de la privada sostenida con fondos públicos dado su poco interés desde el punto de vista del negocio)
disimula un poco las cifras globales, que se muestran en cambio escandalosas en las capitales provinciales y grandes ciudades, que de media ya están por
encima del 50%. Por ejemplo, en Granada en la etapa de Infantil hay sólo un 42% de oferta en centros públicos, frente a un 58% de la concertada; en
Primaria el porcentaje es todavía mayor, con un 38% de la oferta pública y 62% concertada, llegando en la ESO al 64% de la oferta en centros privados
concertados.
Granada capital no es un caso aislado. El caso de Cádiz es similar, con cifras en torno al 60% en la privada concertada. En general, la media del peso de
la privada concertada en las capitales y grandes ciudades andaluzas se acerca ya al 50% del total; es decir, la política educativa del Gobierno Andaluz
está convirtiendo a la escuela pública en subsidiaria de la privada concertada en las grandes urbes.
Cada año el gobierno andaluz cierra cientos de unidades en la escuela pública pero no sólo mantiene todos los conciertos con los centros privados
sostenidos con fondos públicos sino que incluso otorga nuevos, como Lasalle en Cádiz. Del curso 2010- 2011 al 2014- 2015 el alumnado matriculado el segundo
ciclo de educación infantil en Andalucía ha disminuido en la enseñanza pública en 14842 alumnos/as, lo que supone un descenso del 6,59%; frente a ello, la
escuela privada concertada ha aumentado en 371 alumnos/as, es decir, en un 0.73 %. Esto ha supuesto una progresiva pérdida de unidades en infantil y un
consecuente aumento en la privada concertada. Esta tendencia contínúa: en el curso actual, se han cerrado 332 unidades de infantil y 82 unidades de
primaria.
Estos recortes en Infantil luego se extenderán al resto de niveles educativos en un efecto dominó, el alumnado que se matricula en Infantil es el que
continúa en Primaria y Secundaria, por lo que es fácil prever futuros cierres de líneas en todos los demás niveles de los centros públicos.
Andalucía es una de las CC.AA. que invierte menos dinero por alumno del país, y los recortes a la escuela pública se traducen en problemas concretos: falta
de profesorado, mal estado de las instalaciones, falta de monitores de educación especial, falta de plazas en los comedores escolares
Un argumento de peso de quienes defienden la escuela privada concertada suele ser el económico. Nos dicen que la escuela privada concertada es más barata;
sin embargo, en ésta el curso escolar cuesta un 70% más caro, al repercutir a las familias un mayor coste por los servicios. También nos dicen que tiene
mejores resultados académicos, cuando en realidad sus resultados son inferiores a los de la escuela pública. Detrás de muchos argumentos que defienden la
libre elección lo que se esconde es la segregación, traducida en el rechazo a la mezcla social con las clases más bajas y en la creencia de que los
contactos sociales y las compañías de aula influirán en el futuro sociolaboral de los hijos. Ni el ahorro ni la calidad de la educación justifican este
proceso de privatización, sino que se debe a intereses económicos, ideológicos y al saqueo premeditado de los recursos públicos.
Considerando esta visión de conjunto, la libertad de elección se convierte en un privilegio y no en un derecho. Incluso un informe de la OCDE denominado Equidad y calidad de la educación. Apoyo a estudiantes y escuelas en desventaja indica que «proporcionar plena libertad de elección de escuela a
los padres puede dar por resultado la segregación de estudiantes según sus capacidades y antecedentes socioeconómicos, y generar mayores desigualdades en
los sistemas educativos».
Desde CGT defendemos una única red pública de centros educativos que garantice la igualdad real de oportunidades, con criterios pedagógicos y equitativos,
garante de suficientes plazas en todos lo niveles y modalidades; una educación al servicio del bien común incompatible con un mercado de rankings de
colegios donde las familias compitan por conseguir las mejores ofertas y lamentablemente termine ganando el más fuerte.
Dos modelos educativos compiten en la actualidad y en CGT tenemos claro cuál queremos. Ante un modelo capitalista basado en la ideología neoliberal que
fomenta la competitividad y la segregación, donde lo que se consigue depende únicamente del mérito y del esfuerzo propio, donde gana el más fuerte, y donde
la escuela ha quedado convertida en una oportunidad de negocio y se gestiona buscando rentabilidad y beneficios, desde CGT defendemos una escuela plural,
inclusiva, equitativa y laica, que busque el progreso de todos y todas y no solamente de unos pocos. Creemos en una educación que busque el bien común y
persiga la mejora de la sociedad en su conjunto, que busque la mejora de todas las escuelas sin incitarlas a competir y donde las familias participen no
como clientes sino como copartícipes; una escuela donde el acceso a la docencia se realice atendiendo a criterios de capacidad, igualdad y méritos.
La Escuela Privada Concertada aumenta la segregación y la desigualdad
mientras que la Pública apuesta por la integración.
¡POR UNA ÚNICA RED DE CENTROS PÚBLICOS!