CGT denuncia el retraso, la forma y el contenido de la resolución de 3 de noviembre de la Dirección General de Tecnologías Avanzadas y Transformación Educativa sobre los programas para la innovación educativa (con el nuevo nombre CIMA), que anula el trabajo realizado por los centros no solo durante los primeros meses del curso, sino durante años, a través de programas que han venido vertebrando los Proyectos Educativos y la vida de los centros durante años: Forma Joven, ALDEA, Patrimonio, PLC, etc.
Denunciamos:
- La falta de planificación: que la resolución se publica el 3 de noviembre, cuando el curso ya está avanzado, los horarios del profesorado organizados y los responsables nombrados. La resolución puede presentarse hasta el 27 de noviembre y no será hasta el 15 de diciembre que los centros sepan si podrán desarrollar o no los programas, ya que está programada para esa fecha la publicación de las listas definitivas. Cada centro que se acoja debe incluirlo en su Plan de Centro, que tiene que aprobarse, como muy tarde, el 15 de noviembre. Imposible.
- La resolución no establece horas para la coordinación general del programa ni para las personas responsables de cada ámbito de conocimiento y, por consiguiente, para las personas que participen en dichas líneas de trabajo. ¿Qué ocurre, por ejemplo, con las horas de reducción que se les habían asignado a las personas coordinadoras del PLC? ¿En qué hora se coordina la persona que ejerce la coordinación de CIMA con la dirección del centro, que según la resolución debe liderar la participación en el programa CIMA, y con los responsables de los diferentes ámbitos de conocimiento? ¿Y con el profesorado participante? ¿Qué ocurre con la asistencia del enfermero de referencia vinculado a FORMA JOVEN si un centro no se acoge al CIMA?
- La sobrecarga de trabajo para los responsables del programa y de los equipos directivos, con una excesiva burocracia y en cuyas manos se dejan muchas decisiones que antes dependían de los claustros y los consejos escolares.
- La escasa concreción sobre la formación que se va a exigir a los participantes en el programa. Se pone como requisito que para certificar el programa el profesorado coordinador deberá realizar al menos 30 horas de formación y 20 horas el profesorado participante, sin aclarar qué tipo de formación. Los centros tienen ya establecidos sus itinerarios formativos para el presente curso y no se aclara si estos serán válidos para certificar los programas o quién va a dar estas formaciones a los centros: ¿los CEP de referencia, desde la Dirección General que los aprueba?, ¿los propios coordinadores de los ámbitos?
- Que no se haya contado con los profesionales y responsables de los planes y proyectos citados que llevan años trabajando, en la mayoría de los casos, sin horas de dedicación para ello.
¿Qué es lo que pretende la administración con todo esto? Todas las respuestas que encontramos nos llevan a la misma conclusión: acabar con los planes y proyectos que vertebran los Proyectos Educativos de los centros educativos.
Son muchos los equipos directivos y los claustros de profesorado que nos están haciendo llegar su malestar ante la publicación de esta resolución y la tesitura en la que se encuentran: ¿aprobar la implantación del programa CIMA en sus centros sin horas para el diseño del plan de actuación del mismo, sin horas para las personas que deben poner en marcha y coordinar el programa, así como hacer un seguimiento y evaluación final? ¿Cambiar a estas alturas los horarios del profesorado con el curso en marcha? ¿Negarse a participar en el programa y dejar de trabajar líneas tan importantes que han vertebrado la vida de los centros educativos y sus Proyectos Educativos en los últimos años?
Lamentablemente, consideramos que si la administración no da marcha atrás y no aclara todas las dudas que han surgido estos días, así como si no se asignan los recursos personales y materiales necesarios para implantar este programa, los claustros se van a negar a su implantación, los equipos directivos se van a negar a este abuso en la excesiva burocratización de su labor y todas esas líneas de trabajo se van a perder.
Perderán, como siempre, la Educación Pública y nuestro alumnado. Perderá la educación ambiental y ecosocial. Perderá la promoción de hábitos de vida saludable. Perderán la innovación, la competencia digital y la mejora del aprendizaje STEAM de nuestro alumnado. Perderán la promoción del arte y la cultura, la alfabetización mediática e informacional y los Proyectos Lingüísticos de Centro, con la tan importante Competencia Comunicativa que se viene poniendo en el centro del aprendizaje global del alumnado en los últimos cursos.
Perderán, como siempre, nuestro alumnado y la Escuela Pública.