Desde el 1 de abril, con el cambio en la gestión de las incapacidades, han aumentado los problemas en el SIPRI.
Ahora, las altas y las bajas del personal de la Seguridad Social están tardando más en grabarse, de forma que hay personas que siguen constando de baja porque no se ha grabado su alta, y otras cuya baja no se graba aunque estén enfermas. La consecuencia es, de entrada, un perjuicio evidente a unas y otras. Por supuesto, dejan de estar disponibles para SIPRI durante ese intervalo aunque su centro sepa cuál es su situación real. El hecho de que se retrasen unas y otras grabaciones imposibilita la gestión de las sustituciones. Así, los centros padecen más tiempo la falta del profesorado y el alumnado pasa más horas sin sus docentes correspondientes.
Esto está ocurriendo en todas las delegaciones territoriales. Es un sinsentido que la consejería debe solventar de manera inmediata. Los cambios en los procedimientos tienen sus consecuencias, pero no pueden suponer más problemas y dificultades, sino todo lo contrario.