Una de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania es el éxodo masivo. Parte de esa población está llegando a nuestra tierra y a nuestras aulas. Se trata de personas que han sufrido una conmoción enorme: desarraigo, pérdidas de seres queridos, separación familiar…
Para estos casos existe la figura de ATAL (Aula Temporal de Atención Lingüística), cuya extensión es insuficiente desde su creación. En Almería, por ejemplo, este año, de 182 solicitudes solo se han atendido 165, y se prevé que lleguen muchas más. Las administraciones (central y autonómica) no pueden limitarse a reubicar a estos menores —desconocedores en su inmensa mayoría de nuestra lengua— sin aportar más recursos a los centros educativos.
Otra derivada es que no hay plazas para atender a menores no acompañados que no procedan de Ucrania porque están reservadas para estos últimos.
Por eso, desde CGT Enseñanza Andalucía exigimos que se destinen partidas extraordinarias para que durante los dos meses de clases que quedan en este curso dicho alumnado reciba la atención que merece y asimismo se garantice la atención al resto de menores no acompañados.