Como en una pesadilla que no tiene fin, nos llega la noticia del asesinato de una menor de 17 años por su ex pareja, de 19, en un pueblo de Murcia.
No podemos obviar la edad de la víctima, ni la del asesino. Personas muy jóvenes, que han terminado su escolarización hace escasos años. Llevamos mucho tiempo trabajando por la igualdad y contra la violencia (todo tipo de violencias) en las escuelas, desde edades tempranas, promoviendo la educación afectivo-sexual, el lenguaje inclusivo, la tolerancia y el respeto hacia la diversidad, para que nuestras niñas y niños tengan referencias serias y veraces frente a la intoxicación de las redes sociales y de los distintos programas de televisión.
En Murcia la Consejera de Educación procede de la ultraderecha (partidaria del pin parental, entre otras cosas). En Andalucía las autoridades educativas no han apoyado con el suficiente rigor el modelo de educación basada en el respeto y la igualdad. Guiadas y dependientes de la ultraderecha, se han dejado arrastrar por sus exigencias. Recientemente nuestro consejero de educación se jactaba de mantener el lenguaje inclusivo y la ideología de género fuera de las aulas andaluzas.
Mientras, el negacionismo de la violencia de género estructural -amparado por el gobierno de la Junta de Andalucía y los que lo sustentan – sigue creciendo entre la población más joven. Las consecuencias: el 40% de los chicos creen que la violencia de género no existe y aumentan los casos de chicas menores de edad con seguimiento por el riesgo de sufrir agresiones de su pareja, un 26% en tan solo un año.
¿Qué pasa en nuestras aulas? En los últimos años hemos visto cómo se señalaba a cualquier docente que trabajara la violencia de género, igualdad o cuestiones de diversidad afectivo sexual en las aulas, pese a ser contenidos recogidos en la legislación como transversales. El acoso y denuncia de las y los docentes comprometidos con estos temas, con la acusación de adoctrinamiento, es cada vez más frecuente. El negacionismo avanza en nuestros centros educativos frente al interesado y cobarde abandono de la administración educativa y el gobierno andaluz.
La educación es clave para que alcancemos una sociedad igualitaria y libre de violencia y por eso FASE CGT exige a la Administración que no ceda a las presiones de los sectores más reaccionarios y conservadores de Vox. Hacerlo, significaría ser cómplice de todas y cada una de las agresiones machistas.