El día 27 de noviembre es el día Internacional del Docente, una efemérides artificialmente creada para proyectar un respeto fingido hacia una noble profesión imprescindible para vivir en sociedad. La docencia andaluza puede celebrar, al menos cada cuatro años, su día. Un día de elecciones sindicales en el que se eligen representantes para ¿?. Después de 8 elecciones el profesorado andaluz aún no sabe muy bien para qué tantas citas electorales, tantos votos, tanta representación en las llamadas mesas sectoriales. Y no lo sabe porque ha constatado año a año el deterioro de las condiciones laborales y económicas de casi 100 mil profesionales. De los cuales 20 mil personas interinas que han recibido el mayor de los desprecios después de demostrar curso a curso su valía profesional. De estos efectos negativos evidentemente son más responsables unos sindicatos que otros, sobre todo los que airean sus triunfos electorales y su alto grado de representatividad, que no les han servido para defender los derechos de la docencia. En las elecciones se les otorga la inútil representación en la mesa sectorial, donde ninguno de los sindicatos han plantado cara a la multitud de normas burocráticas que están dificultando el ejercicio de la docencia, las ratios ilegales, el aumento de horas lectivas, la organización escolar que imposibilita la acción tutorial, el apuntalamiento de la oferta privada a costa del cierre de centros públicos,…
Si se analiza la escasa participación del profesorado en este tipo de elecciones la resultante es que esas 8 citas electorales han ido de mal a peor. Casi dos, de cada tres docentes, no votaron en 2014, lo que supone un test del escaso interés que vienen suscitado estas elecciones entre el profesorado batiéndose el record de abstención en las últimas. Se pone de manifiesto el agotamiento de un modelo, de elección por delegación, que a juicio del conjunto del personal docente no ha permitido la defensa del interés laboral, ni mucho menos de la verdadera calidad de la Educación Pública. Este comportamiento abstencionista debe reconducir la acción pactista, amiguista de los llamados sindicatos mayoritarios, ya que se han perdido muchos derechos laborales y salariales y lo único conseguido, después de décadas de elecciones sindicales, ha sido el mayor de los desencantos.
La fuerza sindical que obtuvo un incremento (37%) de votos fue la CGT que, con los escasos recursos de personal que las horas sindicales ofrecen, ha mantenido en estos 4 años la movilización, la contestación, la denuncia (amianto, temperaturas extremas, ratios ilegales, estabilidad docente ) y que de contar con el respaldo mayoritario el próximo día 4 vaya Vd a saber qué objetivos podrán alcanzarse.
Por eso de que el día 4 de diciembre sea o no un buen día para la docencia andaluza está en manos de quienes votaran, deseándoles mucho acierto en la elección de la papeleta.
Fdo. Rafael Fenoy