Milagros de Nuestra Señora Ministra

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XXVI. EL MILAGRO NONATO

De la Ministra leemos    unas declaraciones,

en la rueda de prensa    tras deliberaciones

con los representantes   de todas las regiones,

donde en catorce puntos    nos da unas instrucciones.

Como quiera que fuese    de su administración

lo relativo al    Mester de Educación,

dejó los protocolos    de futura actuación

a las Comunidades,   tal es su condición.

Decir no lo sabría    si será necesaria

(mi ignorancia es supina    y de todos palmaria),

si ha de tomarse alguna    medida sanitaria

en Infantil o en cursos    alternos de Primaria.

Lo que sí dejó claro,    a pesar de lo incierto

(toma nota, lector:    quedarás boquiabierto),

es que va a sufragar    a centros con concierto

mientras los centros públicos    se vuelven un desierto.

Cuando le preguntaron    por el agrupamiento

de alumnado en el aula    dijo que ayuntamiento

estaba permitido    y que el distanciamiento

sería necesario:    «cada cual, en su asiento».

«En cualquier punto y hora»    dijo «siempre conviene

cumplir a rajatabla    las medidas de higiene

y pedir a la Virgen,    que del mal nos previene».

Si alguien no lo ha entendido,    es que seso no tiene.

De aumentar nada dijo    el personal docente;

que si ratios de quince,    que si ratios de veinte:

son recomendaciones,    no hay que ser exigente.

Esas contradicciones    vuelven loca a la gente.

Pero ya que usted tiene    mando y autoridad,

disponga la distancia    de la seguridad,

aclárenos las normas    de la movilidad

en esta extraña cosa:    nueva normalidad.

Explíquenos si lleva    en ese cartapacio

la fórmula secreta    de aumentar el espacio

utilizando un parque,    comedor, un gimnasio…

Para quien no tuviere,    normal que esté reacio.

¿Tal vez hará un milagro?    Usted puede con creces

multiplicar las aulas    y profes muchas veces,

como hizo el Maestro    con panes y con peces,

porque de lo contrario    vamos a echar las heces.

Siempre que sea posible,    subraya su excelencia:

mucha ventilación    y limpieza a conciencia;

mamparas y burbujas    para la convivencia;

el Uno uno dos,    en caso de emergencia.

Que será presencial    la actividad lectiva

(mejor que virtual,    mucho más inclusiva)

es una buena nueva.    Lo que ya no motiva

es que cargue el mochuelo    a cada directiva.

Habrá que ir al aula    de astronauta vestido,

que el alumnado esté    así distribuido:

parte a ras de suelo    y el restante subido

a una segunda altura,    cual pájaro en su nido.

Líbrenos, ¡oh, Señora!,    de horarios infernales,

de brechas en la frente    y también digitales,

de no usar mascarilla,    de riesgos laborales,

de dirigentes vanos,    inútiles, chacales.

¿No va a estar permitido    cuando hayamos vuelto

ni lucir luengas barbas    ni llevar pelo suelto?

El día que la vacuna    sea asunto resuelto,

esperamos, Señora,   usted nos haya absuelto.

Entretanto, Ministra,   no nos llena de orgullo,

y su Filosofía    es la de Perogrullo

(nada se compromete:    «cada cual, a lo suyo»);

tal vez la su cartera      se convierta en zurullo.

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