Leemos en prensa la noticia
(https://cadenaser.com/emisora/2019/12/17/radio_granada/1576575739_033801.html)
de que el Delegado de Educación de Granada tiene muy claro su objetivo de reestructurar la red de centros educativos de nuestra provincia, así como los argumentos que esgrime para justificar su opción. La entradilla no puede ser más clara, y refleja lo que parece un contrasentido, y un insulto a la inteligencia:
La Consejería suprimirá cursos de secundaria que actualmente se siguen ofreciendo en 47 colegios de la provincia como herencia de la EGB.
El delegado de Educación explica que el nuevo modelo de unificación del alumnado en un mismo centro persigue la reconquista del terreno cedido a la concertada.
Vayamos por partes.
47 colegios de la provincia de Granada, todos en zonas rurales, hasta la fecha han venido “fusionando” Educación Infantil, Educación Primaria y los dos primeros cursos de la ESO, contraviniendo la ley, en palabras del propio delegado de Educación. El motivo de esta excepcionalidad (hasta la fecha) era evitar al alumnado – o al menos retrasar hasta los 14 años- desplazamientos en transporte escolar que obligan a un régimen horario en ocasiones penoso, dadas las distancias a recorrer hasta el Instituto más cercano. No nos cabe la menor duda de que todas las familias de las zonas rurales afectadas han apoyado esta excepcionalidad (ilegalidad según nuestro delegado), pensando en la salud y el bienestar de sus hijas e hijos.
Pues bien, la opinión de las familias en este caso parece que importa bien poco. Mantener este sistema, por justificado que parezca, resulta “caro”, ante el descenso de la natalidad y del alumnado en la mayor parte de estas localidades rurales. Porque claro, si nuestra ley permite integrar a 30 alumnos y alumnas de ESO en un aula, y la Delegación entiende que llegar a 33 no contraviene la ley, es mucho el gasto en personal docente que se puede ahorrar trasladando a los críos hasta localidades que cuenten con IES. Donde caben 30, caben 33, ya lo sabemos. Y a más alumnado por aula, menos personal docente necesario.
En resumen, tener en las zonas rurales centros fusionados (CEIPSOS que integren Infantil, Primaria y Secundaria) es caro. Por eso en este caso poco importa la opinión de las familias, el bienestar del alumnado o la opinión del profesorado. Tampoco hace falta “competir” con centros concertados, totalmente ajenos al mundo rural porque no hay “negocio”.
Y ahora viene la segunda parte de la entradilla de la noticia: la “fusión educativa”, que pretende generalizar en Granada, y otras localidades de su periferia, el modelo de CEIPSO; el mismo que en las zonas rurales se descarta “por caro”.
La defensa de este modelo en zonas urbanas se quiere justificar con argumentos inverosímiles (persigue la reconquista del terreno cedido a la concertada), contradictorios con los argumentos dados para desmantelar los colegios rurales con ESO (el modelo de CEIPSO evita al alumnado cambios traumáticos de centro) o con medias verdades (las familias prefieren este tipo de centro).
Si el modelo de CEIPSO se justifica por evitar una transición traumática al alumnado de 12 años que debe cambiar de centro -aunque en las zonas urbanas este cambio implica en muchos casos unos centenares de metros-, ¿no sería especialmente oportuno en las zonas rurales, donde a ese cambio “traumático” hay que añadirle un horario poco adecuado y desplazamientos en transporte escolar?
Y, por último, el argumento de la preferencia de las familias por el modelo de CEIPSO. No sabemos cuándo ni quiénes se han pronunciado al respecto, ni la representatividad que puedan tener para dar por sentado que la mayoría de las familias granadinas o andaluzas apoyan la medida. Lo que sí nos consta, como Sindicato, es la opinión y la lucha de la inmensa mayoría de las familias rurales que se oponen al posible desmantelamiento de la ESO en los coles de sus hijos e hijas. ¿Son ciudadanos de segunda clase?
CGT pide a la administración educativa:
- Claridad y transparencia en sus propuestas.
- Que escuche y tenga en cuenta la opinión de todos los sectores de la comunidad educativa en foros representativos.
- Que tenga como objetivo principal de su política la calidad educativa y la atención al alumnado.
- Que no tome por tonta a la comunidad educativa.
Lo que se nos viene encima en Granada, y en toda Andalucía, es una nueva vuelta de tuerca a los recortes educativos, pues todo este entramado de fusiones educativas (en ciudades) y segregaciones educativas (en zonas rurales) no tiene, en el fondo, otro objetivo que concentrar al alumnado de cada zona de la manera que mejor permita recortar el personal y medios necesarios para su atención. Si el presupuesto para Educación se ha incrementado en términos globales, y todas estas medidas pueden suponer ahorro en personal e instalaciones, ¿a dónde va el incremento presupuestario en Educación? Claramente, a cumplir el programa electoral de Ciudadanos (blindar la escuela concertada y aumentar los ingresos que percibe de la administración).
En CGT nos tememos que este proyecto piloto oculte en realidad un cierre de centros, con el consiguiente recorte de calidad y de atención en la Escuela Pública: recorte de personal docente y laboral.
Por favor, Señor Delegado de Educación, no nos de armas para competir con la concertada y recuperar terreno. Denos los recursos humanos y materiales suficientes para desarrollar nuestro trabajo en las mejores condiciones. La Educación no es (no debería ser) una actividad económica sujeta a las leyes del mercado capitalista y que se ve favorecida por la competencia. CGT le propone que aproveche esta oportunidad histórica que brinda la caída de la natalidad y el descenso de alumnado para invertir con juicio y miras de futuro en lo que más impacto tiene en la mejora educativa: contar con recursos humanos suficientes y adecuados para apostar de manera decidida por una Escuela Pública y de calidad.
CGT ENSEÑANZA GRANADA