De un año para otro la reivindicación es más sólida, más contundente, se expresa de múltiples formas, cada vez más radicales, cada vez más profundas. El día 8 de marzo se acerca, y pocas personas no conocen su significado. Casi podría compararse con la popularidad que otras fechas han tenido tradicionalmente: Día de los enamorados, día de la madre, día del padre, de los inocentes Y es que un 25 de marzo de 1911, 123 mujeres y 29 hombres, trabajadoras y trabajadores, murieron en el Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York.
Este marzo de 2017 viene acompañado, además de actos reivindicativos, eventos incluso culturales y literarios, de una convocatoria de huelga internacional de mujeres contra la violencia machista. Un aspecto reivindicativo que implícitamente venían conteniendo las anteriores convocatorias, pero que este año se hace explicita. Sobretodo después de los acontecimientos que se vienen produciendo en multitud de países, donde el asesinato de mujeres a manos de hombres se produce de manera trágicamente cotidiana. Este llamamiento a paralizar la economía, que es lo que pretende una Huelga, persigue, entre una larga lista de reivindicaciones que tradicionalmente las mujeres vienen reclamando, la protesta contra la violencia machista, la brecha salarial entre hombres y mujeres, el derecho al aborto y la visibilidad del trabajo de cuidados.
Para evitar que aquellas personas, trabajadoras de todos los sectores públicos y privados, que quieran secundar dicha acción pudieran sufrir cualquier represalia empresarial, la Confederación General del Trabajo (CGT) ha presentado formalmente la convocatoria de un paro laboral general en Andalucía entre las 12 y las 12,30 horas del día 8 de marzo. Reivindicando la igualdad real de todas las personas que conlleva la promoción real de la conciliación de la vida familiar y personal, la supresión de la brecha salarial, la precariedad laboral, la desigualdad en las pensiones y en la promoción profesional, así como la erradicación de las situaciones de acoso sexual en el ámbito laboral y la violencia machista.
Las voces que lo defendían la discriminación negativa y la violencia hacia la mujer, habían venido siendo aceptadas como componente natural de un modelo de sociedad machista y autoritaria. ¡Mujer tenías que ser! Ya no es posible tolerar esas voces que chirrían, y muy dramáticamente, sobre todo cuando esas voces se alzan en parlamentos supuestamente democráticos. No es posible que el polémico eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke, siga siéndolo ni un segundo más, después de afirmar en la Euro cámara una indignidad como esta: Por supuesto que las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes». Tal modo de pensar no puede, no debe, ser aceptado en el ejercicio de la representación del pueblo, aunque y eso es para pensarlo- haya llegado al Parlamento Europeo en 2014 con un 7,2% de los votos y un sorprendente apoyo de los electores más jóvenes, ya que obtuvo el 28,5% de los sufragios entre los polacos de 18 y 25 años, más que ningún otro partido.
Fdo Rafael Fenoy Rico