Respuesta a las dudas sobre el permiso particular retribuido

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Estimada Dirección,

Salvo que me indiques lo contrario, me dirijo a ti en segunda persona, por ser esta la posición cercana que pretendo ocupar y no la distante o formal. Vuelvo a agradecer tus reflexiones que me permiten compartir contigo las mías.
No hay osadía, y no lo tomo como ofensivo, por mi parte, sino la experiencia de haber ayudado a otras direcciones a cuadrar algunos círculos que parecían imposibles en materia de organización de centros educativos. Sigo estando a tu disposición para, una vez conocida la dificultad, poder hacer alguna aportación que la soluciones.

Mi email no está bastante politizado, sino muy politizado, ya que el galimatías al que se enfrentan las direcciones de los centros lo genera una decisión política del PSOE de Andalucía. Que desde hace 35 años rige la educación andaluza y soy testigo de los “desmanes” que han venido cometiendo a pesar de las oportunas y convenientes aportaciones que desde las direcciones de los centros y desde la propia inspección de educación se le han venido trasladando. Porque sabiendo como discurre la vida en un centro no se puede reconocer derechos a ausentarse por licencias y permisos sin dotar de recursos humanos para ser sustituidos.

No te extrañes de que habiendo dedicado 23 años a la Inspección de Educación te trasmita lo que pienso, porque eso lo he hecho siempre así. Y es precisamente por tener la consideración de autoridad pública, al servicio de las comunidades educativas, por lo que hago estas consideraciones. Por cierto, no esa autoridad no es reconocida por delegados provinciales, direcciones general e incluso consejeras, que lo mismo les das que les da lo mismo, ignorando olímpicamente los “requerimientos” de la Inspección de Educación, en materias tan sensibles como: la no justificación de conciertos educativos en grandes ciudades, el incumplimiento de ratios establecidas por norma, la no dotación precisa de personal para ajustarse a horarios legales, no sustituciones, no dotación de especialistas y monitores, administrativos etc…

En el artículo 4 del decreto 115/2002, de 25 de marzo, por el que se regula la organización y el funcionamiento de la Inspección Educativa aparece entre las funciones lo siguiente: d) Velar por el cumplimiento, en los centros educativos, de las Leyes, reglamentos y demás disposiciones vigentes que afecten al sistema educativo. e) Asesorar, orientar e informar a los distintos sectores de la comunidad educativa en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus obligaciones.

Informar al profesorado de sus derechos está en sintonía con la propuesta (que es norma) y ello precisamente por velar por el cumplimiento de la misma. Por ello no debe causar extrañeza que se pretenda garantizar el ejercicio de derechos que los políticos dan por norma y que hacen lo posible para que no se ejerzan.

Cuando te refieres a que “proponga tal actuación de forma masiva”, no es una propuesta, sino la consecuencia lógica de poder ejercer el derecho al permiso, obstaculizando lo menos posible la organización de los centros, tanto al final de curso como al principio del siguiente.

El hecho de detentar un cargo administrativo no conlleva la imposibilidad de manifestar libremente opiniones o creencias. La libertad de expresión es un derecho inalienable. El que las personas que se dedican a la función pública deban cumplir con las normas no significa en modo alguno que se esté de acuerdo con ellas y que estas puedan ser injustas o erróneas a criterio de cada cual. Por ello te animo a cumplir y explicar la norma, y al mismo tiempo mostrar tu grado de aquiescencia, o no, con ella, según tus convicciones, cuando consideres oportuno. Esto no significa en modo alguno inventarse norma alguna, sino cumplir con la norma, como en este caso deben hacer las direcciones de los centros, facilitando al profesorado, y a ellos mismos, el ejercicio de un derecho a permiso por asuntos particulares retribuidos 4 días al año. Te felicito por haber velado por el derecho de esas personas cuando como tú dices, inspectores y Ustea, sindicato, te manifestaban lo contrario. Eso prueba que ajustándose a la ley ejercemos la función para la que se nos nombra.

El permiso se debe conceder y para ello la norma y aclaraciones dicen lo que es responsabilidad de las direcciones: el arbitrar “las medidas oportunas para que el servicio educativo, incluidas las tareas de evaluación y de preparación del curso, no resulte afectado” La organización de final e inicio de curso es competencia de la dirección que debe ajustarla a los requerimientos legales. Uno de ellos es el derecho al permiso que por norma sólo es posible disfrutarlo en esas fechas y no en otras.

La web de tu centro la he visitado para poder conocer tu nombre y es un buen medio de comunicación por lo que vuelvo a felicitar al centro en su empeño.

Aunque el calificativo “sandez” tiene un carácter peyorativo, doy por sentado que se sigue con el buen ánimo con el que comenzaste la redacción de tu escrito. El ejercer derechos permite también exigir obligaciones. No considero acertado el calificativo, pero cada cual tiene su propia opinión. Una sandez si es que el titulo del permiso “por asuntos particulares” te lo limite la Consejería a cuando le viene bien a ella, cuando no hay que sustituir, aunque no sustituye muchas veces y cuando lo hace suele ser tardíamente. En el resto de la función pública se utilizan esos días para cuando hace falta al funcionario o funcionaria y es deber de la administración prever que casi todo el personal tendrá que utilizar esos días y por tanto cargar en los cupos las horas suficientes para que en cada eventualidad haya sustituciones.

Lo de trabajar en Julio es un tema recurrente que responde a un miedo colectivo, fruto de una falta de información sobre el mercado laboral general del país. Hay muchas profesionales con menor, mucha menor cualificación, que la docencia que trabajan menos horas y que tiene mejores salarios y mejores condiciones laborales. Aunque el profesorado perciba que “son privilegiados” no es verdad. Lo cierto es que los colectivos de trabajadoras y trabajadores gozan de la vida laboral que están dispuestas a defender. Y ya sabes que «el que calla otorga», en esta caso con más vera.

Yo soy, a pesar de estar jubilado, uno de tantos que trabajamos prácticamente casi todos los días del año, he sido director de centro y he estado currando en Agosto, no te digo cuando era inspector. Ese es un derecho que tanto tú como yo ejercemos, pero no se puede imponer como obligación a los demás.
Sobre sindicatos podría llevarnos a alargar esta misiva que pretende ser sucinta para no robarte tiempo. Lo de un solo sindicato recuerda el sindicato vertical de Franco. No se la edad que tienes, pero con la mía, y fui elegido por mis compañeros en el primer colegio privado donde trabaje como enlace sindical en 1975, doy fe de que aquello no era un sindicato, era otra cosa.

Tu despedida ha sido genérica y el tono ha vuelto a confirmar una cierta amargura. Piensa que en esto de la docencia hay de todo y que las personas que militan de verdad en los sindicatos (no tienen por qué estar liberadas), lo hacen por convicción y por un deseo de ayudar a mejorar las condiciones laborales de sus compañeras y compañeros. Desde mi experiencia en el mundo sindical que comenzó en 1974, en CNT, hasta la última negociación del convenio de limpieza de hospitales hace días, al que he asistido de asesor de CGT, puedo asegurarte que la llamada “PATRONAL” donde incluyo a los políticos que dirigen todas las administraciones públicas, se comerían, si pudiera materialmente, a las gentes trabajadoras. Porque el dios “BENEFICIO” es al que adoran y la condición humana les trae al pairo. La acumulación de plusvalías es su meta, caiga quien caiga, y se cortan un pelo en su afán depredador porque haciendo ver que son “razonables”, que son “equitativas”, mantienen tranquila a la plebe que sigue confiando en sus “buenas” intenciones. Por cierto no me refiero al autónomo, al negocio familiar super autoexplotados.

Estimada Dirección toda la humanidad tiene derecho a ser feliz y la felicidad se la quitan obligándola, doblegándola, a tener que vender su fuerza de trabajo en un mercado que “no es libre”. No me extiendo y si te digo que el mundo del trabajo precisa de organización para defender lo que se conquistó y mejorar la vida de millones de infantes llamados a ser explotados sin misericordia. Quizás es que estamos tan “acostumbrados” a la esclavitud que no nos llame la atención. Hay quien piensa que en nuestros centros todos los días nos relacionamos con las nuevas “carnes de yugo” que con sus infantiles miradas nos hacen a todos los docentes esta pregunta: ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta condena?

Salud y Libertad.

Fdo.: Rafael Fenoy

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