Medalla de bronce en segregación escolar

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), nada sospechosa de posturas revolucionarias*, da un tirón de orejas a España por su demostrada capacidad para discriminar a su alumnado.

Un reciente estudio de este organismo ha denunciado que España es el tercer país de la OCDE con más colegios gueto. El informe, que analiza la situación de 64 países, 28 de ellos de la OCDE, pone de manifiesto que España es el que más segrega a su alumnado en centros según su renta familiar, por detrás de Turquía y Lituania.

La Junta de Andalucía lo tiene claro y quiere ponerse a la cabeza de esta clasificación, ya que tan solo un día después de conocer esta realidad en nuestros centros aprueba una rebaja fiscal para los que opten por esta segregación.

Esto supone potenciar aún más la discriminación escolar por cuestiones socioeconómicas y bonificar económicamente a las familias que opten por una educación privada, mientras se eliminan sistemáticamente recursos, personal y unidades de los centros públicos, los únicos capaces de garantizar la igualdad de oportunidades y una educación gratuita.

Si España es uno de los países europeos con mayor número de colegios gueto, conviene recordar que Andalucía, con uno de los presupuestos educativos más reducidos por estudiante, tiene las mayores ratios de alumnado en los centros de educación Infantil y Primaria.  

“Esta segregación escolar genera que los alumnos más desaventajados se concentren en los mismos centros y vean reducidas sus posibilidades de relacionarse con niños de otros estratos sociales, lo que deriva en sociedades menos integradoras” declara Save the Children.

Desde CGT llevamos años denunciando la segregación que suponen los conciertos educativos con centros privados, y la consiguiente creación de estas zonas de exclusión que se dan cuando el nivel de concentración de alumnado con bajos recursos socioeconómicos en un mismo centro supera el 50%. Hoy es la OCDE la que pone cifras a nuestra denuncia. Si seguimos con las políticas actuales y repitiendo las mismas fórmulas, los resultados serán: desigualdad, segregación, exclusión y falta de oportunidades para quienes menos tienen. No hay más alternativa que una educación 100% pública.

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* A pesar de que quieran darle una cara amable, diciendo que su fin es promover políticas que favorezcan la prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar para todas las personas y bla bla bla, sus propuestas están muy claras desde hace 25 años. Veamos lo que proponía en 1996:

Los objetivos declarados de la OCDE en lo referente a políticas educativas de los estados miembros no dejan lugar a dudas. El informe más elocuente, que habla por sí solo, es uno de 1996 en el que recomienda a los países que integran la OCDE deteriorar la enseñanza pública. Baste como muestra el siguiente extracto del mismo, que no tiene desperdicio: “Después de esta descripción de medidas arriesgadas, se pueden aconsejar, por el contrario, numerosas medidas que no crean ninguna dificultad política (…) Si se les disminuyen los gastos de funcionamiento a las escuelas y universidades, hay que procurar que no se disminuya la cantidad de servicio, aun a riesgo de que la calidad baje. Se pueden reducir, por ejemplo los créditos para el funcionamiento de las escuelas o las universidades, pero sería peligroso restringir el número de alumnos matriculados. Las familias reaccionarán violentamente si no se matricula a sus hijos, pero no lo harán frente a una bajada gradual de la calidad de la enseñanza, y la escuela puede, progresiva y puntualmente, obtener una contribución económica de las familias o suprimir alguna actividad. Esto se hace primero en una escuela, luego en otra, pero no en la de al lado. De tal manera que se evita el descontento generalizado de la población”. [Morrison, Christian. «La falsabilite politique de l’ajustament, Centro de Desarrollo de la OCDE», Cuaderno de política Económica nº 13 OCDE 1996].

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