Las instrucciones de enseñanzas de personas adultas confirman el perjuicio de eliminar el IEDA

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Ya veníamos anunciando el daño que iba a ocasionar a las enseñanzas a distancia en Andalucía la supresión del IEDA y la dispersión de su docencia y tareas entre los ocho Institutos Provinciales de Educación Permanente (IPEP) y Escuelas de Idiomas. La Instrucción de 8 de junio, en lo que toca específicamente a las Enseñanzas a Distancia, demuestra que lo que se deriva de esta medida es la creación de una tormenta perfecta.

Para empezar, recordemos que el IEDA garantizaba la atención en grupos homogéneos a todo el alumnado andaluz que por diferentes motivos recurría a la Educación a Distancia para mejorar su formación y titulación. Su profesorado formaba parte de un equipo educativo en permanente contacto, que compartía al mismo alumnado en diferentes ámbitos y materias, que trabajaba con una programación didáctica de cada ámbito o materia única para todo el alumnado, y que utilizaba una plataforma y recursos educativos comunes y en permanente proceso de revisión y actualización.

¿Cómo se plantea la nueva organización de las enseñanzas a distancia en la nueva era de descentralización en los IPEP y Escuelas de Idiomas?

Siguiendo el orden de la instrucción, vamos a plantear algunas cuestiones que nos generan serias dudas sobre la coherencia y coordinación de estas enseñanzas, y que ponen de manifiesto que los argumentos utilizados por la Consejería de Educación para suprimir el IEDA eran meras excusas.

Hasta ahora, todo el alumnado matriculado en enseñanzas a distancia lo estaba en un mismo centro, que podía distribuirlo en grupos homogéneos para su atención docente. Ahora habrá diferentes centros matriculando a este alumnado y ya existe la certeza de que pudiera no ser posible organizar en todos ellos grupos de alumnado para todas las materias y ámbitos. Pongamos por caso que en algún centro provincial hubiera menos de 15 personas solicitantes de matrícula en alguna materia concreta de sus estudios, situación imposible de darse en el IEDA al agrupar a todo el alumnado andaluz.

Para este caso de menos de 15 solicitudes en un ámbito o materia la instrucción prevé:

cuando las solicitudes de plazas por unidad sean inferiores a 15, la persona titular de la dirección del centro comunicará a la correspondiente Delegación territorial competente en materia de educación esta circunstancia, con anterioridad a la publicación de la relación provisional de alumnado, para su autorización, si procede. La Delegación territorial podrá ofertar al alumnado afectado otras alternativas para su escolarización”.

¿Aprobará la Administración grupos de menos de 15 personas en unas enseñanzas cuya ratio es de hasta 100 por docente? ¿Qué otra alternativa se le ofrecerá a este alumnado para poder cursar esa materia minoritaria? Que, aunque se matricule en Granada, en el caso de esa materia será atendido por docentes de Huelva, Córdoba, Jaén o donde cuadren mejor los números. Queda desmontado un argumento esgrimido por la consejería para suprimir el IEDA. El alumnado no va a tener siempre más cerca a sus docentes; ni falta que hace en una educación a distancia que no prevé el contacto directo entre profesorado y alumnado, podrá decir alguien.

Adiós a una oferta común de materias de Bachillerato a Distancia

Hasta ahora, el IEDA aseguraba en el caso del Bachillerato a Distancia una oferta común de materias opcionales y optativas para todo el alumnado andaluz. La nueva instrucción, por el contrario, considera que cada IPEP podrá tener una oferta diferente.

La oferta de materias en los cursos y modalidades del Bachillerato para personas adultas se hará en función de los recursos de que disponen los centros.

Es decir, de entrada, ya sabemos que no todas las modalidades de Bachillerato se van a ofertar en todos los centros provinciales, pero es que además podría ser que el IPEP de mi provincia no contemple la impartición de algunas materias opcionales u optativas que, sin embargo, sí se imparten en otras provincias. Pasamos de una oferta educativa común a una oferta según las posibilidades de cada centro provincial, y a un alumnado que podría resultar atendido por equipos educativos dispersos entre varias provincias.

¿Cómo cambiará la coordinación de las enseñanzas a distancia?

Recordamos de nuevo que venimos de un centro, el IEDA, en el que los equipos educativos se veían a diario, compartían departamentos y formaban parte de un mismo claustro. Para asumir la tarea de coordinación, la nueva instrucción crea un monstruo al que denomina “Equipo de Trabajo Multidisciplinar”, integrado por no menos de 28 personas con cargos en las ocho provincias andaluzas:

-Una jefatura de servicio de la Consejería de Educación.

-Tres miembros, como mínimo, del servicio técnico de dicha jefatura de servicio.

-Todas las jefaturas de estudios adjuntas de los 8 IPEP.

-Todas las personas responsables de la Coordinación de distancia de las Escuelas Oficiales de Idiomas.

-Todas las personas responsables de las Coordinaciones provinciales de Educación Permanente de las Delegaciones territoriales competentes en materia de educación.

Y, para tranquilidad del común de los mortales, por si alguien ve un poco caótico gestionar la coordinación permanente de estas personas, para la coordinación y desarrollo de determinadas actuaciones, como las relativas al mantenimiento y actualización de los materiales didácticos de las distintas enseñanzas, se podrán organizar subgrupos técnicos, integrados por los miembros que se definan, según la naturaleza del asunto de que se trate.

Así que ya sabemos dónde queda la responsabilidad del mantenimiento y actualización de los materiales didácticos que hasta ahora formaba parte del horario semanal del profesorado del IEDA: en subgrupos técnicos integrados por personas indefinidas según la naturaleza del asunto. ¿Subgrupos de las personas del Equipo Multidisciplinar, o con selección y nombramiento para según qué cosas? No se pilla los dedos esta Consejería.

¿Qué profesorado impartirá las enseñanzas a distancia que le corresponden a cada centro?

Recordamos de nuevo que el profesorado del IEDA era seleccionado entre personas solicitantes que tenían acreditadas determinadas competencias digitales y presentaban un proyecto. Ahora pasamos al socorrido: “quien decida la dirección del centro”.

la asignación entre el profesorado de los correspondientes grupos y niveles de las enseñanzas impartidas en la modalidad a distancia la realizará la dirección del centro, atendiendo a los criterios pedagógicos propuestos por el claustro de profesorado y a la formación técnica y metodológica específica para atender a estas modalidades de enseñanza, y respetando, en todo caso, la atribución de docencia que corresponde a cada una de las especialidades del profesorado de conformidad con la normativa vigente.

Bueno, en principio parece que la dirección tiene que asignar la enseñanza a distancia a personas que tengan una formación técnica y específica acreditada, pero se nos ponen los pelos de punta al comprobar que la instrucción dice literalmente:

La docencia en modalidad a distancia será atendida preferentemente por el profesorado que acredite…

Por lo tanto, la formación específica del docente deja de ser requisito exigible para convertirse en preferencia. ¿Y si entre la plantilla de alguno de estos centros no hubiera nadie con la formación técnica necesaria para impartir una materia o ámbito?

A vueltas con la actualización y elaboración de materiales didácticos

En capítulos anteriores, esta tarea quedaba bajo la responsabilidad del Equipo de Trabajo Multidisciplinar. Pero más adelante se recoge en la instrucción que para las funciones relacionadas con la supervisión de los materiales, el profesorado encargado de ello contará, dentro de su horario regular y no regular, con tiempo de dedicación, en función del número de horas de docencia en esta modalidad, para la elaboración, revisión, actualización y evaluación del material didáctico de forma coordinada con el equipo de trabajo multidisciplinar al que se refiere el apartado undécimo.

Es decir, está previsto que parte del profesorado que imparta educación a distancia tenga que asumir esta tarea. ¿Quién en concreto? Todo parece indicar que queda a cargo del Equipo de Trabajo Multidisciplinar fichar a las personas que considere oportunas para formar esas subcomisiones dispersas por toda la geografía andaluza que, bajo su coordinación, elaborarán nuevos materiales educativos y revisarán y actualizarán los existentes. Igual se coordinan en grupos de WhatsApp.

Otra serie de indefiniciones se observan en cuanto a la evaluación del alumnado. Los exámenes presenciales se harán, como siempre se ha hecho en la era IEDA, en los centros provinciales más cercanos al alumnado, pero no queda claro quién o quiénes son responsables de la elaboración y corrección de dichas pruebas:

los centros que imparten las enseñanzas coordinarán con otros centros de distancia el envío de pruebas para la realización de las mismas, a través de sus representantes en el equipo de trabajo multidisciplinar…

¿Los centros coordinarán con otros centros? ¿Hay que entender que no es requisito coordinar “todos los centros”? Entendemos que habrá una misma prueba para cada ámbito o materia de estudio en toda Andalucía, ya que se coordina el envío de las pruebas, ¿pero a quién compete la elaboración y la corrección?

Volvamos al caso de una hipotética alumna de Bachillerato a distancia que se matricula en Granada, pero que en una de sus materias de opción, por no contar con 15 matrículas en su centro, es atendida por el centro de Jaén. ¿Habrá un trasiego de pruebas escritas entre las ocho provincias para que corrijan las pruebas quienes han impartido la materia o ámbito a cada persona?

En definitiva, es evidente que la idea de eliminar el IEDA estaba más que decidida, pero la manera de asumir sus tareas en esta nueva era de la descentralización de las enseñanzas a distancia dista mucho de estar clara. El objetivo no era reformar estas enseñanzas para hacerlas más eficaces, en cuyo caso muchos de los aspectos que hemos mencionado estarían mejor planificados y definidos. El objetivo era generar una tormenta perfecta, un cúmulo de entelequias de coordinación, de funcionamiento poco definido, y una serie de vacíos y lagunas que en el transcurso de unos años dejen las enseñanzas a distancia al borde de un abismo del que solo puedan rescatarnos las empresas privadas. Tiempo habrá de comprobarlo.

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