El verano ya llegó

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El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó… y como cada curso, las aulas andaluzas parecen saunas.

Si este invierno denunciamos que personal y alumnado estuvimos dando clase a menos de los 17 ºC estipulados por la ley (llegamos a denunciar aulas que estaban a 4 ºC), no nos quedaremos calladas ahora que el calor hace insoportable nuestra labor docente. En realidad son las dos caras de una misma moneda: el pésimo aislamiento térmico de nuestros centros. A esto hay que añadirle, por un lado, el cambio climático que conlleva temperaturas cada vez más extremas y, por otro, la dejación de funciones de todos los gobiernos que hemos padecido. Claro, ellos están apoltronados en sus despachos, con sus cómodas sillas y sus aires acondicionados para combatir el frío y el calor. No tienen que ver a niñas y niños con abanicos de papel, dando paseos constantes para llenar de agua sus botellas, sudando sin parar, al borde de la lipotimia y sin energía para seguir la clase. Y ya se sabe que ojos que no ven, normativa que no se cumple.

Porque sí, existe una normativa y está para cumplirla: el Real Decreto 486/1997, que establece que la temperatura de las aulas, oficinas, talleres, pasillos, escaleras, servicios, locales de descanso, de primeros auxilios, comedores y cualquier otro local en el que debamos permanecer o al que podamos acceder por razones de trabajo, deben estar a una temperatura de entre 17 y 27 ºC.

En CGT llevamos más de una década denunciando que plantillas y alumnado sufrimos temperaturas extremas en nuestros centros de trabajo y estudio y no vamos a parar hasta hacer que se cumpla.

Si en tu centro la temperatura está por encima de los 27 ºC, ponte en contacto con la persona delegada de CGT de referencia.

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