Cuenta atrás para septiembre y los deberes sin hacer

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La normalidad es un funámbulo suspendido encima del abismo de la anormalidad.

Witold Gombrowicz

¿La vida sigue igual?

Después de un tsunami no entenderíamos que quienes gobiernan actuasen como si nada hubiera ocurrido. Pues eso es sencillamente lo que pretenden que asumamos en Educación: que, tras el impacto del COVID en el tercer trimestre del curso pasado, se puede empezar el próximo como si tal cosa. No se puede posponer más la cuestión de la ratio. En estas circunstancias, señora ministra, señor consejero, su reducción se la va a agradecer todo el mundo. Nunca hubo más unanimidad. En Andalucía, concretamente, en cuestión de ratios, las costuras han saltado por los aires hace tiempo, pues la Consejería actual y la anterior han permitido ratios infladas o directamente ilegales. Si no es ahora el momento, ¿cuándo?

Reparto de trabajo

Nos llevamos las manos a la cabeza cuando una empresa tiene a sus trabajadores haciendo horas extra sin pagárselas o cotizando por muchas menos de las que en realidad echan. Durante el confinamiento, el profesorado ha superado con creces las 35 horas que le corresponden. Para este colectivo también estamos en contra de las horas extra. Lo que sobrepase su horario no se debería hacer. Recordemos que esas 35 horas incluyen, además de las clases: reuniones de todo tipo, guardias, cumplimentación de documentos académicos, tutorías, atención a familias, elaboración de materiales, preparación de las clases, corrección de trabajos y exámenes… Basta de apelar a nuestra responsabilidad para que tengamos jornadas maratonianas que nos generan patologías de todo tipo. No a la autoexplotación. Reparto de trabajo y contrato a más docentes. Como mínimo, hay que duplicar las plantillas y reducir así las ratios a la mitad.

Personal sensible

Su situación es muy delicada y angustiosa, según las respuestas que está recibiendo. Casi todas las peticiones han sido denegadas. No obstante, aún queda la mayoría sin resolver (en la provincia de Sevilla, por ejemplo, a dos semanas del inicio de curso, solo el 7% de las peticiones tramitadas tienen ya la resolución). La persona solicitante del PAS o docente no se incorporará a su puesto mientras no tenga una resolución denegatoria. A quienes les obliguen a ir al centro, solo les queda la opción de acudir a su médico de cabecera y pedirle la baja. Mucho nos tememos que el cupo de refuerzo sirva para cubrir esas bajas. Ojalá nos equivoquemos.

No olvidemos que también existe alumnado sensible. No es de recibo que el consejero quiera emprender una batalla con las familias que decidan no llevar a sus menores a la escuela. Demasiada ansiedad tiene ya toda la comunidad educativa. Se nota que usted no es personal sensible.

¿Sanitarios en la escuela?

El fantástico anuncio de la viceconsejera no se traduce en más contratos sino en la sobrecarga de las enfermeras. No se trata, por tanto, de un trabajo con dedicación exclusiva. Los mismos sindicatos de Sanidad muestran su desconocimiento y malestar con la Consejería. Parece que se queda en un teléfono de la esperanza. Si este personal siempre hizo falta en centros educativos, ¿qué mejor ocasión para implantarlo? No nos gustaría estar en el pellejo de directivas y coordinadores COVID.

¿Conciliaqué?

Urgen ya aulas o espacios de conciliación, como tienen previsto en Ceuta, por ejemplo. Hacen falta medidas de conciliación reales y la obligatoriedad por parte de las Administraciones Públicas de facilitarlas y hacerlas cumplir en las empresas. ¿A qué están esperando?

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