Cien o mil empleos

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Políticos tengas y te fíes. Esta sentencia, a modo de maldición, recoge enfáticamente un sentir que se generaliza entre la ciudadanía. Y es perfectamente comprensible que cuando de futuro se habla, por parte de quienes a esto de la política se dedican, pocas personas muy bien intencionadas se crean una mínima parte de tanta promesa.

El día en el que se conoce que cada vez este país, en general, y sobre todo este territorio, en particular, van a peor también en los temas de desempleo, y algunos otros esenciales para la vida diaria, llega la señora ministra Fátima Báñez, anuncia en Los Barrios, que se crearan 100.000 empleos más en la provincia, en los cuatro años.

Basta recorrer las hemerotecas para ver como en la prensa, en papel y digital, se han venido prometiendo, y prometiendo, de todo sin que muchas de esas promesas nunca se hagan realidad o algunas, pocas, lo hagan tarde y disminuidas. Incluso haylas que, al quedar a medias, añaden a la falta de respuesta, la dilapidación de importantes cantidades de dineros públicos, sin que ningún político de la cara del dislate, del fraude a las arcas públicas, de la nefasta gestión, de posibles acuerdos para beneficios de empresas privadas…

Ejemplo notorio sin ir más lejos la nunca Nueva Residencia de Mayores, que tendría que estar construida en La Línea de la Concepción, en Santa Margarita, por parte de la Diputación Provincial gaditana. Prometida y presupuestada por el PSOE y ninguneada por este y el PP después. De cuatro millones presupuestados parece ser se invirtió uno en construir algo que ha quedado para refugio de animales. Restos de una obra que sólo ha servido para que algunos se lleven una buena tajada de dineros públicos, pero que al “público” en nada a provecha. Este asunto unido al deterioro de la red pública de residencias para mayores, sólo dos, con lo que de red tiene poco, más bien un hilo con dos nudos, que poco pueden aportar a las enormes necesidades de ayuda a la tercera y cuarta edad en esta zona, castigada por el desempleo cual ninguna.

Y se suman, al coro de los grillos, otros políticos que manifiestan sus parabienes por nuevas promesas, cada vez más audaces, más inverosímiles e incluso se ofuscan con las cifras. ¿Cuánto costó poner una primera piedra en cada obra anunciada sin que finalizara? ¿Cuántos viajes, dietas incluidas cobradas, de políticos para reunirse y reunirse, para prometer la ansiada nueva obra? ¿Dónde está el tren? ¿Dónde la autovía a Vejer?…

Fue mucho más allá la Ministra cuando ligó lo prometido a un necesario gobierno reformador, como si en estos años no hubieran gobernado los autodenominados “reformadores” (PP y PSOE). Prohibido prometer, para quienes endulzan con promesas los oídos a las gentes, sin que sean responsables de aquello que prometen. Pero para eso está la maldición: políticos tengas y te fíes, a no ser que, como otrora con Felipe González, no eran 800.000, sino ochocientos o mil los puestos de trabajo prometidos en 1982. ¡Ha llovido! Dijo la Ministra cien mil, y posiblemente sean entre cien o mil los empleos que se generen en los próximos 4 años. Pero sobre todo nadie viene a decir lo que se ha hecho, sino lo que se hará y siempre pidiendo el voto para ello. Si en Junio hay elecciones convendría defenderse de la maldición y dejar de fiarse de los de siempre.

Fdo. Rafael Fenoy Rico

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